Uno de los aspectos clave que se está intentando regular en lo referente a las inteligencias artificiales es el de los derechos de autor. Las IA necesitan un proceso de entrenamiento en el cual se les inyecta contenido para que, por ejemplo, sepan reconocer objetos, personas, detalles que tienen, etc. La mayoría están usando material protegido por derechos de autor para entrenar, por ejemplo Bard o ChatGPT, bajo el concepto de «está en internet y es gratis». Sí, pero no lo es la explotación de esas imágenes o los textos con que se les entrena. Es lo que ha llevado a Valve a prohibir el arte creado por aquellas IA que sean entrenados con ese contenido.

Respondiendo a un desarrollador que intentó publicar un juego con imágenes creadas por IA, Valve alegó que «como la propiedad legal del arte generado por IA no está clara, no podemos publicar juegos que contengan recursos generados por IA». Lo cual también cubre la música generada por IA, o cualquier otro tipo de recurso que habitualmente esté cubierto por los derechos de autor, como textos de artículos, novelas, poemas o incluso código fuente de programas y videojuegos.

Ya hay varias demandas en los juzgados a cuenta del entrenamiento de las IA. Por ejemplo, Getty Images ha demandado a Stability AI por usar sus imágenes sin consentimiento para entrenar a sus IA. Puesto que una IA no puede crear nada sin haber sido alimentada con ejemplos, cualquier cosa que genere una IA estará basada intrínsecamente en todo el material con el que ha sido entrenada. Son terrenos legales peliagudos que la Unión Europea está intentando regular lo antes posible.

Vía: Tom's Hardware.