Acabamos de empezar 2023 y los directivos de Ubisoft ya están deseando que se acabe. Y es que no está siendo el año de la compañía. Ni siquiera el lustro, me atrevería a decir. Después de anunciar que algunos de sus recientes lanzamientos no habían alcanzado las expectativas en ventas de la compañía, ahora sus problemas vienen desde dentro (otra vez), ya que muchos de sus trabajadores están pensando en ponerse de huelga.

El origen de esta llamada a la huelga tiene lugar en unas controvertidas declaraciones por parte de su director general, Yves Guillemot. A raíz de las malas ventas, Guillemot distribuyó un comunicado entre sus trabajadores del que se extraen frases como:

Hoy más que nunca, necesito toda vuestra energía y compromiso para asegurar que volvemos a estar en el camino al éxito.

También os pido que cada uno de vosotros sea especialmente cuidadoso y estratégico con los gastos y las iniciativas, para asegurar que estamos siendo todo lo eficientes posible. La pelota está en vuestro tejado para entregar a tiempo estos juegos y en el nivel de calidad esperado, y para enseñar a todos lo que somos capaces de conseguir.

Sin embargo, las palabras de Guillemot no solo no han calado entre sus trabajadores, sino todo lo contrario, ya que han convocado una huelga para el día 27 de enero al grito de «la pelota está en nuestro tejado, pero el dinero está en su bolsillo». Estos afirman que, una vez más, se culpa directamente a los trabajadores de los malos resultados de la compañía, y que la única solución propuesta por las altas esferas es que «trabajen más». Por ello, han demandado una subida del 10 % de los salarios (acorde a la inflación), mejores condiciones de trabajo (reducción de la jornada semanal) y más transparencia en las polémicas en las que se ha visto envuelta la empresa.

A Guillemot, por supuesto, no le ha gustado la respuesta y se ha disculpado e intentado explicar ante sus trabajadores diciendo, en resumen, que todos y cada uno de los empleados (directivos también), tienen que poner su esfuerzo y talento para remontar el vuelo. Eso sí, de aceptar las condiciones de los trabajadores, nada de nada. Habrá que seguir de cerca esta huelga, que siendo franceses, no me extrañaría que rodase alguna cabeza.

Vía: Rock, paper, shotgun.