En noviembre se van a cumplir quince años desde que Blizzard pusiera a la venta World of Warcraft tras un largo periodo de desarrollo no exento de percances. Pero la persistencia de sus trabajadores, más frikis que mercenarios como ocurre hoy en día en este sector, consiguió poner en el mercado el mejor juego de rol masivo en línea del momento y, quince años después, lo sigue siendo.

Muchos han intentado imitar a WoW desde entonces, unos con mejor fortuna que otros, pero lo cierto es que en realidad Blizzard lo único que hizo fue coger una buena ambientación y las ideas dispersas entre varios juegos de la época y ponerlas en uno solo. Lo cual tiene su propio mérito, y a partir de ahí el juego evolucionó rápidamente y ahora mismo es imposible que un juego de rol aporte la gran cantidad de contenido y utilidades dentro y fuera del juego que tiene World of Warcraft.

El tiempo pasa... despacico

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Pero quince años son un montón de años, y hay muchos que añoraban la experiencia de aquel primer WoW, cuyas mecánicas han cambiado mucho aunque han mantenido la esencia de cada clase de personaje. Las habilidades tampoco han cambiado tanto, pero sí han cambiado las rotaciones de ataques y las mecánicas básicas. También cambió el mundo de juego tras la expansión Cataclysm que rehizo la faz de Azeroth, haciendo que los jugadores más jóvenes se perdieran totalmente la experiencia inicial del juego.

Por eso la comunidad de World of Warcraft recibió de buen grado la noticia de que doblarían el juego con World of Warcraft Classic, trayendo desde 2004 a 2019 la experiencia original de juego. Con todo el masoquismo que eso trae aparejado, porque eran tiempo muy duros en los que hacías más senderismo que luchas, con misiones que te daban en una zona dispersas por todas las demás en lugar de todas concentradas como ocurre ahora. Subir de nivel cero al sesenta podía llevar uno o dos meses, incluso más, dependiendo de las prisas que te dieras.

Eso ha vuelto con este World of Warcraft Classic (versión clásica), y probablemente los que estén acostumbrados a World of Warcraft (versión comercial) les resulte muy duro. Mucha de la gente que está jugando ahora mismo al clásico es veterana o que han vuelto al juego porque no les gustó los derroteros de simplificación que trajeron las sucesivas expansiones. Me encuentro en el primer grupo.

World of Warcraft Classic abre las puertas

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El día de lanzamiento a finales de agosto fue bastante complicado, por decirlo sin tacos. Habréis visto infinidad de memes, algunos puestos en los comentarios de las noticias al respecto aquí en Geektopía, sobre colas infinitas para entrar a jugar o, lo que es peor, haciendo cola para matar ciertos bichos con nombre para ciertas misiones. Eso hace quince años no era así, pero debe ser que la gente se ha vuelto más civilizada —o más idiota por hacer cola en un juego como si estuvieran esperando a entrar al cine o a su turno en la charcutería—.

Esa situación se empezó a solventar en cuanto Blizzard vio que su infraestructura actual era muy superior a la de hace quince años haciendo que los servidores aceptaran muchísimos más jugadores conectados que antaño. Aunque para ello previamente crearon para los nuevos servidores unas capas especiales a modo de instancias que abarcaban todo el mundo de juego. Cada jugador de un servidor se conectaba a una capa distinta a medida que entraba a jugar para no atestar las zonas de juego con infinitos jugadores, aunque al unirse a un grupo el sistema te mueve a la capa del líder. Aun así, las zonas iniciales fueron las que resultaron en las cómicas, o absurdas, colas de espera.

Una vez solventados esos problemas iniciales, la sensación de volver a jugar al World of Warcraft original ha sido estupenda, aunque también amarga. Es aburridísimo no disponer de todas las mejoras con que cuenta la comercial en la clásica, empezando por tener que andar minutos y minutos hasta llegar al sitio de una misión, y volver a pasar minutos con el autocorrer activado hasta volver al pueblo donde entregarla. Por no hablar de que obviamente no se puede invocar a nadie desde las piedras de encuentro de las mazmorras, y tampoco hay buscador de grupos para mazmorras. Para eso hay que usar el bueno y viejo canal de LFG.

Ya no estamos en 2004

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Afortunadamente, la cantidad y calidad de los addons que hay hoy en día disponibles es enorme. Casi todos los complementos principales de la comercial tienen su contrapartida en la clásica, y además se pueden seguir instalando desde la aplicación de escritorio de Twitch. Solo tenéis que abrir la aplicación, ir a la pestaña de complementos y darle a buscar juegos. Si tenéis la comercial instalada y os encuentra la clásica, os mostrará un desplegable para elegir de qué versión gestionar sus complementos. Si no, tenéis la opción de decirle dónde lo tenéis instalado.

Puesto que esto es la versión clásica, no hay ayudas a la hora de mostrar dónde se hacen las misiones o incluso dónde se cogen. Para eso hay un addon indispensable como es Questie que lleva muchos años en desarrollo en los servidores privados del juego y que muestra en el mapa y minimapa dónde se cogen y dónde se hacen las misiones. No es perfecto, pero es imprescindible.

Y al igual que está Questie, también hay infinidad de complementos útiles: Details, Leandrix, AtlasLoot —no hay mapas de las mazmorras en el juego ni dónde están los jefes ni se muestra su botín, por lo que este addon es muy recomendable porque lo añade—, TitanPanel, TomTom, Prat 3.0, Shadowed Unit Frames, Dominos...

Como efectivamente ya no estamos en 2004, el juego ha recibido diversas mejoras gráficas, pero sin perder su identidad original. Entre las preconfiguraciones gráficas dentro del juego, que van del uno al diez, la posición tres es la designada como la calidad máxima del juego original. La calidad diez añade una buena cantidad de sombras e iluminación mejoradas, así como muchísima más vegetación en torno al personaje entre otros, pero no hay muchas más mejoras.

Desarrollo por fases para un clásico

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Para cualquier cosa me podéis encontrar en Pyrewood como Melkart.

La situación actual del juego es la del parche 1.12 original. Eso significa que el juego estaba ya bastante estable, con sus pequeños problemas aquí o allá, pero Blizzard tiene intención de ir introduciendo nuevo viejo contenido con una asiduidad indeterminada. La primera tanda llegará cuando los servidores se estabilicen en su población y eliminen el sistema de capas en todos ellos debido a problemas de transferencias entre capas cuando metan los primeros jefes del mundo.

Dicho eso, las fases de introducción de contenido llevará a volver a tener el sistema de honor y de campos de batalla antiguos, con sus recompensas y buscador de grupos para ello. Todo seguirá más o menos igual, aunque en el apartado del jugador contra jugador lo que harán será introducir el equipo según cómo estaba en las últimas actualizaciones antes de la llegada de The Burning Crusade.

La reintroducción del WoW original me ha encantado, y de hecho estoy jugándolo más de lo que debería —otra vez, tengo esa sensación de déjà vu... pero inevitablemente me cansaré rápido de él. Lo jugué mucho en su momento, y ahora estoy con más obligaciones que hace quince años. Pero sin duda es un gran añadido por parte de Blizzard, por las posibilidades que abre, como por ejemplo padres jugándolo con sus hijos, o aquellos que llegaron tarde al juego pueden vivir la historia y sistema original de juego en primera persona.

Puesto que la clásica va incluida en la suscripción mensual de World of Warcraft, más de uno volverá a pagar para experimentarlo, y en realidad es un buen extra para los veteranos del juego. Cambiar entre ambos, sobre todo en los momentos en que la comercial está a mitad de la evolución de un parche, es muy de agradecer. Y en general, aunque Blizzard no ha indicado si en un futuro también meterá la opción de experimentar otra vez las expansiones Burning Crusade y Wrath of the Lich King es suficiente, el resto son en realidad bastante olvidables o demasiado recientes—, es lógico pensar que lo hará tarde o temprano.

De momento toca llegar a 60, experimentar el contenido de alto nivel, y luego dejarlo. Aunque tengo amigos dispuestos a volver a raidear, mi interés es nulo. Si algunas veces es duro tratar con 20 personas en los raids actuales, tratar con 40 era insufrible. Pero ahí está la posibilidad de que haya culoduros que no se levanten de la silla hasta que acaben con Ahn'Qiraj —y volver a abrir sus puertas— y Naxxramas.