Los suscriptores actuales de World of Warcraft son unos 5,6 millones, lejos del tope de 13,5 millones que consiguió Blizzard hace unos años, pero con la presentación de una nueva expansión la cosa cambiará. Como siempre. Legión es su nombre y volveremos a los buenos tiempos de The Burning Crusade, posiblemente la mejor expansión que ha tenido el juego hasta la fecha, con el permiso de Wrath of the Lich King.

Voy a resumir un poco, porque Blizzard ya ha entrado en el mismo ciclo: recuperar enemigos antiguos, añadir unos pocos nuevos, mezclarlo con algunas nuevas características, un nuevo continente (Islas Abruptas), nuevas mazmorras y más niveles, y liberarlas a sus millones de fanes.

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La novedad será la inclusión de una clase largamente solicitada por los jugadores: cazador de demonios. Soy muy reticente a este tipo de añadidos por el desequilibrio que incluyen durante los primeros compases de una expansión, pero a la larga son añadidos bien recibidos y que le dan más color.

Puede resultar interesantes las armas artefacto obtenible a nivel 110 (para evitar la eterna polémica de "por qué meten una legendaria para magos y no para guerreros"), y veremos el nuevo sistema de honor. La beta comenzará a finales de año, y podéis revisar en vuestra cuenta si estáis suscritos a todas las betas (curiosamente no tenía activada la de Overwatch).

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Como extra, han publicado un resumen de Warlords of Draenor hasta la fecha. La Horda de Hierro está tocando a su fin, y dejará paso a la Legión Ardiente. De ejército a ejército y tiro porque me toca.

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