El lanzamiento del Diablo 3 para las consolas de nueva generación ha tenido cierta controversia ya que Blizzard aseguró que Microsoft le obligó a trabajar en el juego hasta que funcionara con una resolución de 1080p. Microsoft ha tenido que salir al paso negando tal afirmación de Blizzard y, en boca de Phil Spencer, lo habitual es que trabajen con los desarrolladores para sacar el máximo partido a la consola en los títulos que estén desarrollando.

Además, afirma que Diablo 3 iba a lanzarse tras las mejoras de rendimiento de la GPU que se realizaron en junio, por lo que ha permitido mejorar los gráficos del juego tras una serie de recomendaciones realizadas por parte del equipo de la XB1. No es cosa de Microsoft decidir la resolución o los el número de fotogramas por segundo a la que funcionan los juegos de la compañía, por lo que no puede forzar a nada a los estudios de desarrollo.