Pocos meses después del lanzamiento de la anterior expansión de World of Warcraft, Cataclysm, quedó patente el fiasco en que se había convertido. Contenido muy fácil que no llamaba la atención a los veteranos, más de lo mismo todo el rato, y actualización tras actualización poco contenido adicional.

En Mists of Pandariatenemos de entrada una gran cantidad de contenido nuevo con el que perder el tiempo, pero eso no quiere decir que sea de calidad. O quizás sí. La impresión que me he llevado, después de dos semanas de jugar la expansión, es que es una mezcla de cosas buenas con otras no tan buenas.

Si tomamos de ejemplo las nuevas heróicas, completarlas es casi un juego de niños. Muy fáciles, loot que no son épicos para preparar la incursión en las raids. Bien es cierto que han introducido un modo de Desafío a cada una, para completarlas en un tiempo determinado para recibir medalla de oro, plata o bronce. Pero como no dan ninguna recompensa adicional, y mi ePenis es actualmente suficientemente grande, ciertamente es contenido que no aporta nada.

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Pero aun así, nos encontramos ante una expansión que realmente está bien. Han introducido cosas muy interesantes como las luchas de mascotas, el cuidar de tu propia granja en la que cultivar los componentes para la comida a usar en las raids, y una historia bastante cuidada. El apartado de la historia es casi lo que hay que destacar por encima de lo demás, aunque sea lo que menos se tenga en cuenta en el éxito o fracaso de una expansión.

El continente de Pandaria ha salido de las brumas que la ocultaban del resto del mundo, y tanto la alianza como la horda desembarcan en sus costas para intentar explorar sus tierras y expandirse por ellas. Y a la vez, llevan su continua guerra con ellos a un territorio que no está acostumbrado a semejantes niveles de destrucción. La parte de subir el personaje de nivel 85 a 90 es una magnífica experiencia, con excelentes paisajes, y muy variados. Algo que no está acorde a la ambientación es lo fácil que resulta eliminar a los mobs, y lo simples que son sus ataques (lo más difícil es quitarse de delante suyo cuando están casteando un especial, ¡wow!).

Pero en nuestra senda al 90 iremos descubriendo más y más de la ambientación de Pandaria y de su historia, y nos enganchará más y más. Y cuando lleguemos a 90, lo que nos espera es decenas de misiones diarias para subir la reputación con las distintas facciones y equiparnos adecuadamente para esta primera parte de la expansión Mists of Pandaria. Hay gente que, al no haber ya límite al número de misiones diarias que se pueden completar, se las harás todas cada día. Aunque para aquellos que no disponemos de tanto tiempo, nos podremos centrar sobre todo en ir mejorando nuestra granja y cuidar de nuestra montura dragón desde que es un huevo.

El apartado de la granja está muy bien desarrollado, y no será hasta nivel 90 cuando podremos empezar a ver su evolución de verdad. Mientras vayamos subiendo de reputación con los agricultores, iremos desbloqueando mejores para la granja y más territorio en el que plantar. Pero para subir de reputación con los propios granjeros, tendremos que ir haciéndoles regalos a diario, y eso requiere bastante farmeo de pescados y carnes, para cocinar sus platos preferidos. Suena un poco ridículo, pero no es tan malo como parece.

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También se ha simplificado bastante la parte de las profesiones. Ya no hay motas elementales que recolectar, sino simplemente motas de armonía que se ligan al cogerlas. Con ellas podremos hacer cosas como saltarnos el cooldown de ciertas transmutaciones o investigaciones de nuevas recetas.

La inclusión del monje como nueva clase de personaje podría suscitar más de una incógnita sobre cómo evolucionará en la expansión, pero de momento sus tres aspectos están bien, con alguna un poco más floja que las demás. Pero sobre todo curar es muy entretenido. Por supuesto, la cantidad de monjes 90 en los primeros días ha sido bastante elevada, demostrando lo atrapados que pueden ser algunos. Pero realmente la combinación de monje + pandaren merece la pena, ya que estos modelos incluyen las mejoras gráficas de la expansión en sus texturas y en sus movimientos.

En donde he perdido mucho tiempo estos días es subiendo de nivel a mis mascotas. Por supuesto, es igual que Pokemon, con sus tipos de mascota, fortalezas y debilidades, ataques especiales de cada una, combos, etc. Y además, es igual de entretenido que las versiones para gameboy. Muchos han criticado que hayan gastado tanto tiempo y recursos en el desarrollo de esta característica colateral del juego, pero es una que va a hacernos perder muchas horas delante del ordenador. Digamos que es Arqueología parte dos.

En definitiva, Mists of Pandaria es una buena expansión, pero no hay que perder de vista que sigue siendo más de lo mismo. Pero de momento, es más de lo mismo muy bien hecho y que entretiene. Ya veremos en los próximos meses.

Puntuación

8.0

sobre 10