La situación de Intel no es buena pero tampoco es mala. Está en un punto intermedio en el que cualquier traspiés puede llevar a la compañía a una posición mucho peor, por lo que tiene que aguantar un año hasta que lleguen los Nova Lake hasta empezar a recuperar lo perdido en el sector de los procesadores de sobremesa. En los de portátiles le va bastante mejor. Así que para calmar las aguas, el director financiero David Zisner ha asegurado que seguirá usando a TSMC para producir ciertos componentes de sus procesadores.

El uso de TSMC irá variando dependiendo de cómo evolucione Intel Foundry y el desarrollo de sus próximas arquitecturas. Zisner ha asegurado que en torno al 30 % de los chips que usa Intel son producidos actualmente por TSMC. Pero lo que ha insistido es que Intel seguirá usando siempre a TSMC, aunque el porcentaje de producción de la compañía asignado a TSMC irá reduciéndose. Sobre el proceso 14A ha indicado que las obleas son algo más caras de producir que con el 18A debido al uso de los escáneres de luz UVE de alta apertura numérica que no se usan en el 18A.

Tras un par de años de obtener malas cuentas de resultados, los despidos, recortes de proyectos y la venta de activos como Altera están saneando las cuentas de la compañía. Los tratos de inversión con el presidente estadounidense Trump, en esencia intervencionismo público con la compra de casi un 10 % de la compañía y una inyección de subvenciones, han calmado a los inversores al usar parte del dinero para pagar deudas, aunque pueda tener problemas de cara a las ventas en China de sus procesadores a medio plazo.

Vía: WCCFTech.