Intel ha presentado unas cuentas del segundo trimestre del año que no son precisamente buenas, por lo que va a tener que tomar medidas aún mas drásticas para afrontar su futuro. Eso significa más despidos dentro de la compañía cerrando más proyectos con la idea de hacerla más productiva. Así que tras la última ronda de despidos que afectó a 9000 empleados, la compañía va a despedir a la cuarta parte de su plantilla actual según ha informado la compañía.

A finales de 2024 tenía 108 900 trabajadores en nómina, y tras los últimos recortes se han quedado en algo menos de 100 000. Con la nueva ronda de despidos la compañía se quedará en unos 75 000 empleados, que visto desde otro punto de vista es casi la mitad de los que tenía a finales de 2022. Estos recortes se van a unir al abandono de otros proyectos, como los de las fábricas de Alemania o Polonia, lo cual va a dejar a la UE sin capacidad para abastecerse de chips punteros dentro de sus fronteras, por su decisión de no invertir en desarrollar litografías punteras propias como ha hecho Japón con Rapidus.

Vía: EnGadget.