Intel está capeando el temporal de los Core Ultra porque no han conseguido marcar la diferencia respecto a los Ryzen de AMD, y solo lo han hecho más recientemente tras un recorte susancial de precio del Core Ultra 7 265K. El resto de los Core Ultra 200 deberían bajar también. Sea como sea, lo que está preparando Intel para este año es un refresco de esta serie Arrow Lake, y llegarían con pocas novedades, abonando el camino a que AMD siga acaparando más cuota de mercado.

Estos refritos de los Arrow Lake tendrían solo la frecuencia ligeramente aumentada, aunque podría haber algún retoque adicional a algo que no importa nada como es la NPU. Sigo diciendo que las NPU no son nada nuevo, llevan una década en los procesadores para teléfonos móviles, y han funcionado de manera totalmente transparente para el usuario final.

Así que vender las NPU como algo milagroso es una estupidez, porque van a seguir siendo transparentes para el usuario final. Si las mejoras, bien. Si no las mejoras, nadie se va a dar cuenta, y menos en el sector PC. Que es por lo que Apple, que lleva incluyendo NPU desde 2020 en sus Mac y desde mucho antes en sus iPhone, ha hablado muy poco de ellas.

Volviendo al tema, una generación más de Arrow Lake daría un año más de vida al zócalo LGA 1851, porque se espera que para la siguiente generación use un zócalo distinto. Esta escasa vida útil de los zócalos tampoco ayuda a las ventas de Intel, viendo que el AM4 de AMD de 2017 ha recibido nuevos procesadores hasta hace bien poco. No se sabe bien cómo se llamarán estos refritos de los Arrow Lake, quizás la serie Core Ultra 205, porque sigue indicándose que los Nova Lake S serían los Core Ultra 300, con el zócalo LGA 1954.