OpenAI está embarcada en un proceso de reducción de costes, lo cual pasa por eliminar su dependencia de las aceleradoras de NVIDIA, que se pagan especialmente caras. Como muchas otras empresas han hecho antes que ella, Sam Altman, su director ejecutivo, tendría puesta la mirada en el diseño de chips propios, afinados al algoritmo de entrenamiento que utiliza la compañía. Pero para conseguirlo necesitaría algunos socios, que es en lo que Altman estaría implicado ahora mismo.

La idea sería diseñarlos desde una empresa creada para ello dentro del entramado de OpenAI, y precisaría inversores. Aparentemente estaría buscando el apoyo financiero de inversores de Oriente Medio como Sheikh Tahnoon bin Zayed al-Nahyan, de Abu Dabi, para sufragar el coste inicial de montar un equipo de diseño de procesadores.

Probablemente sería una FPGA para equilibrar entre eficiencia energética y capacidad de adaptar el chip a nuevos algoritmos. La opción de crear una ASIC en este terreno podría ser contraproducente, aunque tampoco es descartable. Y quien dice «diseñar un chip», puede decir «diseñar varios chips», cada uno para una parte del funcionamiento del entrenamiento y ejecución de los grandes modelos de lenguaje en que se basan.

Pero Altman también estaría hablando con TSMC para reservar volumen de producción. Debido al dinero que mueve la inteligencia artificial hoy en día para centros de datos, no debería escatimar en el proceso litográfico a usar, por lo que debería apuntar a lo más puntero posible. Lo cual le llevaría a chocar con la reserva que tenga Apple, el principal cliente de TSMC, y otros que producen en gran volumen como NVIDIA y AMD. No va a ser una tarea fácil, por lo que es de esperar que tenga que invertir en TSMC para sufragarle maquinaria, como hacen el resto al reservar capacidad de producción propia.

Vía: Tom's Hardware.