ROCCAT suele centrarse en los auriculares de precio contenido, sobre los 50 a 100 euros, aunque tiene algunos modelos como el Syn Pro Air que se va un poco de ese rango. Lo que puede justificar hoy en día que unos auriculares para jugones tengan un PVPR de 150 euros como estos es que sean inalámbricos y que tengan un buen sonido envolvente. Pero las compañías no se pueden olvidar de otros aspectos, como la calidad de fabricación o la comodidad.

Desembalado

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Los Syn Pro Air llegan en una caja negra en cuya portada precisamente destaca esos dos aspectos que he dicho: conectividad inalámbrica y sonido envolvente. Eso sí, la conexión es por un adaptador USB, por lo que de entrada echaría en falta que fueran unos auriculares Bluetooth. También deja ver que son un modelo con iluminación ARGB, en la línea visualmente buena que suele incluir en sus ratones.

Los auriculares llegan protegidos por una bolsa de plástico, además en una bandeja de plástico que para los estándares actuales es un derroche. Esas bandejas deberían ser de cartón reciclado como por otra parte ya hace Turtle Beach, la matriz de ROCCAT. Es un modelo que se lanzó a mediados de 2021, por lo que no son antiguos ni han llegado en un momento en el que no preocupe el excesivo uso de plástico que hacemos en el mundo.

Junto a los auriculares se proporciona un micrófono que es flexible y retirable, así como el adaptador USB (conexión tipo A), aunque un punto muy positivo es que ROCCAT ha incluido un adaptador USB tipo A a USB tipo C. Ideal para los conectores frontales de mi Mac Studio. La transición en la Unión Europea ya ha empezado y terminará a finales de 2024, momento a partir del cual todos los productos de pequeña electrónica, desde cámaras hasta auriculares, tendrán que usar el USB tipo C.

Hay una tapa alargada de plástico transparente para mantener el cable de carga en su sitio, pero es otro uso de plástico totalmente prescindible. El cable tiene una longitud de 1.8 m, con un conector USB tipo C en un lado y un USB tipo A en el otro. Está forrado de tela trenzada y es de buena calidad.

El diseño de estos auriculares es de diadema extensible, con un acolchamiento forrado de tela transpirable que no es precisamente la tela que mejor sensación da al tacto o a la vista. Es similar a la usada en modelos mucho más baratos, marcando las diferencias en calidad de la tela en sí, aunque en este caso lleve viscoelástica en su interior.

Las dos amplias copas de los Syn Pro Air también tienen viscoelástica y el mismo recubrimiento de tela, por lo que le da una sensación de baratos. Tampoco ayuda la estructura de plástico que le da sensación de barato, y un plástico con acabado en mate en el que se queda fácilmente la grasa de los dedos. A pesar del aspecto barato, tiene una buena calidad de fabricación.

El diseño de las copas es un poco justo para mis orejas, aunque después de pelearme con ellos he conseguido dejarlos molestándome muy poco, pero los he notado puestos. Se pueden mover unos noventa grados por lo que se debería conseguir un buen posicionamiento, y también giran ligeramente en vertical. No son unos auriculares que pesen mucho, sobre los 290 g, pero al principio me han molestado al posarlos sobre la cabeza. Me ha costado notarlos cómodos, aunque esto es algo subjetivo. Depende de la forma de la cabeza de cada uno, sus orejas, si lleva gafas. El caso es que no los he encontrado cómodos, aunque no me han molestado para nada con las gafas.

En la copa derecha hay una rueda para controlar el volumen del micrófono. En la derecha está el botón de encendido, la toma USB tipo C de recarga, un led de indicación de estado, y una rueda de volumen. La iluminación ARGB incluida tiene un brillo bastante discreto, aunque es personalizable junto con otros aspectos de estos auriculares a través del programa de configuración de Roccat.

El micrófono se pone en la copa izquierda, aunque hay una tapa en el que va insertado. Se tiene que poner, moverlo un poco hasta que se desplace totalmente, y apretar. Es un micrófono unidireccional y abatible que se silencia automáticamente al levantarlo. La calidad de grabación es bastante buena, y al menos no defrauda para lo que cuestan los Syn Pro Air. Es ligeramente flexible por lo que se puede ajustar bien.

Características

Vídeo

Los Syn Pro Air son unos auriculares circumaurales cerrados con una buena calidad de sonido. Cada copa incluye unos transductores de 50 mm hechos de neodimio con una respuesta en frecuencia entre los 20 y 20 000 Hz, que son valores muy estándar. La compañía promete una autonomía para hasta 24 horas de uso continuado, aunque dependerá de factores como si se tiene o no activa la iluminación y el brillo de esta.

El micrófono es unidireccional, teniendo una calidad suficientemente buena para el propósito que tienen estos auriculares. Es retirable, pudiéndose silenciar al moverlo hacia arriba, y es ligeramente flexible para poder posicionarlo mejor. La conexión inalámbrica es mediante un adaptador USB en la banda de los 2.4 GHz.

Syn Pro Air de ROCCAT
Tipocircumaurales cerrados
Conexiónadaptador USB 2.4 GHz
Respuesta en frecuencia20 a 20 000 Hz
Impedancia32 Ω
Transductores50 mm de neodimio
Audiosonido envolvente, Superhuman Hearing®
MicrófonoSí, omnidireccional con conformación de haces
Autonomía24 h
Peso290 g
PlataformasPC, PS4, PS5, Switch, Android
Extrasiluminación ARGB, carga rápida
PVPR129 euros (mayo 2021)
PVP119.50 euros (oct. 2022)

Programa de configuración

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El programa de configuración de Roccat se llama Swarm y es uno de los más completos del sector. Permite la gestión de todos los periféricos de la compañía, funcionando bastante bien aunque haya que darle a un botón de 'aplicar' cada vez que se hacen cambios, o activar en las opciones la aplicación automática de los cambios —lo cual puede ser una molestia si se cambian varios rápido—.

Los Syn Pro Air precisan de instalar un controlador de audio —de Turtle Beach— además una actualización de su firmware nada más conectarlos al equipo y arrancar Swarm, lo cual se hará conectándolos por cable. Lleva un rato, uno cinco a diez minutos, por lo que hay que tener tiempo para ello.

Los auriculares no tienen controles en sus copas para aspectos como el sonido envolvente o el Superhuman Hearing de Turtle Beach, por lo que se hace bastante necesario instalar Swarm para hacerlo. En la pestaña principal de ajustes se puede controlar esto, con varios modos de uso para el Superhuman Hearing que reforzará pasos o tiros además de tener un ajuste tradicional que mejora los graves en general. Se puede controlar el micrófonoo la salida de audio, la mezcla o la monitorzación del micrófono, entre otros. Se puede también cambiar el funcionamiento de la rueda de la copa derecha.

El sonido espacial tiene una decena de ajustes según la actividad, desde juegos hasta música, pero como modifica la respuesta en frecuencia de los auriculares nunca soy muy amigo de ello. Si se modifican los graves, se suele arrastrar también las frecuencias medias y se desvirtúa el sonido original de la música. Pero como son unos auriculares para jugar, no hay mayor problema en reforzar los graves o los agudos.

Hay un apartado de ecualización en el que se ve por defecto que el audio está ligeramente modificado por defecto, sobre todo las frecuencias bajas. Hay también diversos perfiles de ecualización, ninguno directamente relacionado con simplemente escuchar música. Si se quiere una salida neutra, al menos entendiéndolo como poniendo todas las barras de frecuencias a una ganancia de cero decibelios, hay que moverlas a mano y guardarlo como un nuevo perfil.

Por último, se puede controlar la iluminación ARGB de las copas de los Syn Pro Air, pudiendo elegir entre varios efectos, su velocidad o la intensidad del brillo, que incluso al máximo es un poco baja en realidad. Nada que objetar porque la autonomía hace que tener una iluminación con mucho brillo, o iluminación en general, sea una mala idea. En la parte inferior de la aplicación se pueden guardar hasta cinco perfiles de ajustes. Swarm es una buena aplicación de gestión.

Buenos microauriculares aunque no sean perfectos

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El principal problema que tengo con los Syn Pro Air de ROCCAT es que parecen unos auriculares económicos, de los que puedes comprar por 30 o 40 euros. Teniendo en cuenta que tienen un PVPR de 150 euros, es complicado justificar los recortes en dos aspectos clave como son la estética y la comodidad, aunque lo segundo es bastante más subjetivo que lo primero. Por no mencionar los problemas que tiene a la hora de emparejar con el adaptador USB. Tarda un rato, y algunas veces he tenido que apagarlos y volver a encenderlos de lo que tardaba.

La tela utilizada para las almohadillas da la sensación de ser muy barata, aunque al menos son intercambiables. Cuando se desgasten o se ensucien solo las tienes que cambiar para seguir usándolos. En el lado de la estética, aunque las copas tienen un diseño bonito y quedan bien con la iluminación ARGB incluida, tienen un bajo brillo —por aquello de no impactar de más a la autonomía— y no destacan especialmente.

No son unos auriculares con los que me haya sentido cómodo. Por un lado es por la tela utilizada, y por otro porque no terminan de entrar bien mis orejas en las cavidades de los auriculares. Soy alto, de 1.90 m, por lo que otra gente más baja probablemente les puede resultar más cómodos. Además, el acolchamiento de la diadema no termina de coger la posición en mi coronilla.

Es una pena que falle en dos cosas básicas porque el resto está bastante bien. El sonido es bastante bueno, con unos graves que suenan potentes aunque las frecuencias medias en el rango de voz y agudos bajos se escuchan ligeramente enlatados en algunas canciones. En otras que hacen un uso duro de la batería se escuchan muy bien y con buena claridad. De hecho me ha sorprendido lo bien que reproduce Blood || Water de Grandon, porque no se pierden los graves más profundos como me ocurre con la mayoría de auriculares que analizo. Los graves se escuchan muy potentes y claros, más que en los QuietConfort 35 que uso a diario.

Las canciones de Marilyn Manson, Rammstein o, por cambiar de estilos, David Guetta o Lady Gaga suenan francamente bien. Sale un poco perjudicado el jazz o el blues que suelo escuchar —clásicos principalmente— porque las baterías, y la parte más baja de los pianos, se nota demasiado fuerte y no le sienta bien a estas canciones. Las hace mucho más contundentes de lo que deben ser. Son unos microauriculares para jugones, por lo que tampoco se lo tengo mucho en cuenta porque al final está bien cubierto el apartado de escuchar música y muy bien el de jugar.

Para los jugones está el sonido envolvente, pero se queda en un «no está mal». No es nada especial y es prescindible. Está el oído sobrehumano de Turtle Beach, la matriz de Roccat, que refuerza ciertos graves en juegos, como pasos o explosiones, para detectar bien la ubicación y que notes que alguien se te acerca, por ejemplo. Siempre lo he considerado muy práctico porque en PUBG me sirvió bastante bien.

Sobre la grabación de voz, el micrófono la capta bien pero introduce cierto ruido de fondo que se puede mitigar en parte ajustando bien el volumen de grabación. No está mal para el sector al que está orientado, aunque podría ser algo mejor.

Para el coste que tienen tendrían que haber sido al menos Bluetooth, y en ese momento ya podría valorarlos con otros ojos. Eso sí, me ha gustado que incluyan un adaptador USB tipo A a USB tipo C para el adaptador inalámbrico; me ha permitido probarlos en el Mac Studio poniéndolo en uno de los USB tipo C frontales. La reproducción de sonido es bastante buena aunque no sea para audiófilos —ni lo pretende ser—, también la grabación de voz, y a pesar de que el diseño no acompañe al precio que tienen, son unos buenos auriculares.

Puntuación

8.0

sobre 10

Lo mejor

  • Buena calidad de sonido.
  • Buen micrófono.

Lo peor

  • No serán cómodos para muchos.
  • Parecen unos auriculares de 30 o 40 euros, no de más de cien.