Elon Musk ha vuelto a cambiar de opinión y parece que esta vez sí que va a formalizar la compra de Twitter según lo anunciado hace meses. Además, al precio inicialmente estipulado, por lo que desembolsaría unos 44 000 millones de dólares. Pero Musk ha recurrido a créditos y venta de sus acciones de Tesla para financiar la operación, por lo que la presión ahora está en el lado de los bancos que le tienen que prestar ese dinero.

El problema reside en que actualmente los mercados no están por la labor de absorber deuda emitida por los bancos, con lo cual la financiación prometida hace meses a Elon Musk podría ponerles en una situación complicada. El conglomerado de bancos liderados por Morgan Stanley van a tener que emitir deuda por 12 500 millones de dólares con un mercado a la baja y sin un plan concreto para hacer de Twitter una empresa rentable que amortice la inversión realizada.

Por eso aunque Musk y el consejo de dirección de Twitter hayan acordado continuar con la compra, siempre que se desestime la demanda y el juicio que estaba programado para este mes, los bancos podrían intentar renegociar las condiciones del préstamo. Eso podría dilatar la compra, en un intento de ganar tiempo para que las aguas se calmen y haya más posibilidad de colocar la deuda a un coste menor.

Por otro lado, Musk tendría que asegurar otros 5000 millones de dólares en financiación que todavía le queda, aunque podría también optar por vender más acciones de Tesla. Ya ha vendido en torno a los 15 000 M$ para financiar la adquisición, pero le ocurre lo mismo que a los bancos: la situación actual del mercado de valores no es el mismo que el de hace meses.

La situación dentro de Twitter es caótica. Si se cierra el acuerdo se da por sentado que Parag Agrawal, su director ejecutivo, será despedido y que el expresidente estadounidense Trump volverá a la red de microblogueo. Eso está haciendo que algunos empleados de la compañía ya estén abandonando el barco, aunque sin que ni siquiera Musk haya tomado el control.

Vía: 9to5Mac.