Todo lo relativo a Elon Musk lleva dando grandes titulares desde hace más de diez años cuando el éxito de Tesla o SpaceX empezó a ser bastante visible. Elon Musk ha sido siempre muy vocal a la hora de expresarse en Twitter, pero está chocando cada vez más con el activismo de gran parte de la izquierda de EE. UU., lo cual me parece bien. Que cada uno haga lo que quiera. Pero ese activismo está chocando con la lógica como ha ocurrido con una carta enviada por varios empleados de SpaceX contra Elon Musk, el fundador, dueño, director ejecutivo y presidente del consejo de administración.

He mencionado todos sus cargos porque básicamente Elon Musk decide qué se hace y qué no en la compañía, qué hay que decir y qué no de cara al público, marca las estrategias a corto, medio y largo plazo, los objetivos de la compañía y la gestiona en el día a día —aunque lo tenga delegado, como todos los directores ejecutivos—. Eso es importante porque los empleados de SpaceX decían lo siguiente en su carta:

Como nuestro director ejecutivo y portavoz más prominente, Elon Musk es visto como la cara de SpaceX, cada tuit que Elon Musk envía es de hecho un comunicado público de la compañía. Es crítico dejar claro a nuestros equipos y nuestra bolsa de empleados potenciales que sus mensajes no reflejan nuestro trabajo, nuestra misión o nuestros valores.

O sea, unos cuantos empleados se han arrogado la potestad de decir cuáles son los objetivos, el trabajo, la misión y los valores de la compañía cuando son unos meros empleados. No han consultado a nadie al respecto, sabían perfectamente en qué empresa estaban, con qué misión, valores y objetivos marcados por Elon Musk, y si no les gustaba lo que tenían que haber hecho es irse a otra compañía. Porque Elon Musk es el fundador, dueño, director ejecutivo y presidente del consejo de administración, y por tanto es el que decide la misión, valores y objetivos de su compañía.

Con el nivel actual de confrontación derecha-izquierda, muchas veces a estos ultraactivistas se les olvida que la mitad de la población es de derechas ya que no entienden que alguien pueda pensar distinto a ellos. Y me refiero a los ultraactivistas, no a la gente de izquierda normal que es de mente abierta y plurales. Al intentar obligar a otros empleados a respaldar su escrito, las quejas se elevaron a Recursos Humanos, sintiéndose incómodos por la situación, y la empresa de Elon Musk tomó la decisión de despedir a los implicados en esas presiones por suscribir la carta, siempre según la versión de SpaceX.

Según la empresa, «la carta, la solicitud de adscripción y el proceso general han hecho que los empleados se sientan incómodos, intimidados, acosados o enfadados porque la carta les presionaba para respalda algo que no reflejaban sus puntos de vista. También se han quejado de que interfiere con su capacidad de centrarse y hacer su trabajo. Tenemos tres lanzamientos en las próximas treinta y siete horas […] Tenemos mucho trabajo crítico por culminar y no hay necesidad para este activismo extralimitado».

«Nuestra dirección actual está más dedicada a asegurar que hay un gran entorno laboral en constante mejora de lo que he visto en mis 35 años trabajando […] Importunar a miles de personas de la compañía con correos no solicitados y pidiéndoles que firmen cartas, así como crear encuestas no avaladas por la empresa en horas laborales es inaceptable, va contra nuestro manual de buenas prácticas, y no demuestra el fuerte juicio necesario en este sector tan desafiante del transporte aeroespacial. Realizamos una investigación sobre el asunto y hemos despedido a varios empleados implicados».

Vía: The Verge.