Los Alder Lake de Intel integran PCIe 5.0 y en unos meses también lo tendrán los Ryzen 7000, pero el coste de esta tecnología y que no tiene mucho sentido (por ahora) fuera del sector de los centros de datos suscita comentarios sobre su utilidad en los PC. Teniendo en cuenta la potencia de la próxima generación de tarjetas gráficas, tanto de NVIDIA como de AMD porque se habla de que la duplicarán, resulta al menos curioso el rumor de que NVIDIA mantendría el uso de PCIe 4.0 en las GeForce RTX 40.

Una RTX 3090 funciona prácticamente igual con una conexión PCIe 3.0 ×16 que con una PCIe 4.0 ×16, pero es una tarjeta con 24 GB de RAM. Donde reside la utilidad de esta conexión es cuando se desborda la memoria de una tarjeta gráfica, que pasa a usar la memoria principal del sistema como memoria adicional. En ese caso no da igual tener una conexión PCIe 3.0, PCIe 4.0 o PCIe 5.0, pero sería más bien un problema de las tarjetas gráficas de menor rendimiento, con 4 GB de VRAM. Por ejemplo, de la RX 6500 XT que además tiene una limitadísima conexión PCIe 4.0 ×4. Ahí es donde empiezan los problemas.

Manteniendo las conexiones PCIe ×16 dará igual si una RTX 40 usa 4.0 o 5.0, aunque tengo mis dudas sobre qué ocurrirá al usar una «RTX 4090» en una placa base que solo tenga PCIe 3.0. Su arquitectura hermana para centros de datos, Hopper, integra PCIe 5.0 que es en realidad en el ámbito donde tiene sentido ahora mismo PCIe 5.0. Se hacen continuas y masivas transferencias de información, y ahí todo el ancho de banda que se pueda tener disponible es vital para exprimir al máximo los procesadores.

Vía: TechPowerUp.