Hace ya unos meses que Windows 11 empezó su andadura oficial pero no han dejado de encontrarse fallos desde entonces. Algunos han tenido que ver con el funcionamiento en juegos, incluidos algunos específicos con los Ryzen, pero se han ido solucionando. Hasta ahora había pasado casi desapercibido uno con el modo de alto rango dinámico (HDR) del sistema operativo que cambia el color blanco por amarillo.

Microsoft ha confirmado el fallo pero no distribuirá una actualización que lo corrija hasta finales de enero. Es un fallo específico que aparentemente se da en algunos programas de edición en Windows 11 basados en Win32 por lo que aquellos adaptados a UWP no deberían de sufrirlo. Tampoco afecta por igual a todos los gestores de color de Windows, por lo que es un fallo algo concreto.

El problema de la gestión de color y Windows es una pelea que no tiene fin. A diferencia de macOS, Windows delega en las aplicaciones la gestión del color por lo que dos programas de edición pueden precisar perfiles de color distintos para el mismo monitor. Si se añade el HDR a la ecuación, los diseñadores tienen que estar atentos si precisan del nivel de precisón del color en su día a día —que tampoco es tan habitual—.

En macOS la gestión del color y del HDR se hace a nivel del sistema operativo por lo que se está seguro de que los colores mostrados son siempre los mismos independientemente del programa usado. Además, el calibrado y gestión de los perfiles es mucho mejor y más sencillo lo que permite ver lo mismo en pantallas y Mac distintos, mientras que en Windows es una experiencia tediosa e ingrata. De ahí que al final los profesionales que realmente necesitan asegurarse la calidad del color terminen optando por macOS. Este tipo de fallos no hacen más que abundar en lo malo que sigue siendo Windows 11 en el terreno del color.

Vía: Tom's Hardware.