El conector USB tipo C es muy versátil y cuenta con varios modos alternativos de funcionamiento más allá del habitual canal de datos. Ahora se ha revisado la especificación de este conector a la versión 2.1 la cual no incluye demasiados cambios respecto a la versión 2.0. El mayor de todos, y con diferencia, es un apartado relacionado con el modo alternativo de entrega de energía (power delivery) que a partir de ahora podrá usarse para entregar hasta 240 W a través de estos cables. La mayoría del resto de cambios tienen que ver con la compatibilidad con USB4; nada nuevo.

La capacidad de entrega de energía del conector USB tipo C actual es de 100 W, que suele ser suficiente para la mayoría de ultraportátiles y algunos de mayor rendimiento como los MacBook Pro, pero insuficiente para los portátiles para jugar más potentes. Si se acogen al rango extendido de voltajes planteado en la revisión 2.1 del estándar, el conector USB tipo C podará usarse para entregar hasta 240 W a los equipos, lo cual ya sí podría dar energía a gran parte de los portátiles para jugar e incluso muchos equipos de sobremesa.

El mayor problema que va a haber es el de la certificación de los cables USB tipo C. Si ya hubo dispositivos que se quemaron por comprar cables USB tipo C de mala calidad —desde entonces ciertas tiendas como Amazon se pusieron más exigentes con su calidad para venderlos—, este estándar puede provocar lágrimas si no se usa el cable adecuado. En principio se negocia con la electrónica del cable, por lo que no se usarán 240 W a través de los actuales, sino aquellos que indican que son capaces de gestionar el voltaje extendido, 48 V, y a un amperaje de 5 A. El estándar establece el uso de hasta unos 54 V por el cable, por si acaso.

Este conector es el que se usará con cargadores externos para casi todos los portátiles en el futuro cercano y muchos otros dispositivos. Lo que se busca es reducir la basura electrónica en que se convierten cargadores y cables de múltiples fabricantes con diversos formatos por uno solo, y con esta mejora hasta los 240 W es un gran candidato para dominarlos a todos. La ventaja es que todo el mundo va a tener un cargador o cable USB tipo C. La desventaja para el consumidor pero ventaja para el medioambiente es que no se proporcionarán con los dispositivos, y solo aquellos usuarios que lo necesiten lo tendrán que comprar. La ventaja para los fabricantes es que podrán usar el mismo cargador para todo tipo de dispositivos de mayor consumo. Más allá de este vataje es difícil que el cable usado por USB tipo C pueda aguantarlo en su forma actual.

Vía: Ars Technica.