La guerra comercial entre EE. UU. y China, mayormente apoyada por el ambos bandos del bipartidismo estadounidense, ha hecho que el gigante asiático esté en vías de ser autosuficiente en la producción de chips. Sin embargo, EE. UU. solo produce un pequeño porcentaje de todos los chips que consume y entre eso y la pandemia disparó todas las alarmas de las tecnológicas. El presidente Biden se hizo eco de ello y está respaldando la ley CHIPS para América que solicita 50 000 millones de dólares al Congreso de los EUA.

En estos tiempos, y a pesar de que 50 000 M$ es poco para el enorme presupuesto de EE. UU. —actualmente es de unos 5 billones de dólares—, la pandemia ha mermado los recursos del país y muchos congresistas son reluctantes a destinar a subvenciones a empresas extranjeras el dinero de los contribuyentes. Por comparación, China está preparando destinar 150 000 millones de dólares a fomentar la producción de chips, y está planeando la construcción de 17 fábricas de chips.

Las empresas que están presionando al Congreso para aprobar la ley CHIPS son Apple, Alphabet (Google), Amazon y Microsoft, entre otras, además de empresas relacionadas de otros sectores como AT&T, Cisco, General Electric, Verizon o HP. Todas ellas han formado un grupo de presión llamado Coalición por los Semiconductores en América.

El problema de fondo es que parte del sector automovilístico, como Ford, están presionando a Biden para que interceda y asegure una producción suficiente de chips para las fábricas de coches. La nueva coalición se opone a ese tipo de intervención ya que considera que el mercado se corregirá solo —si asegura chips para Ford, por ejemplo, no irían a Google—, y en su lugar prefiere que se proporcionen ayudas para que se construyan nuevas fábricas en el país. Las medidas incluidas en la ley CHIPS incluyen la desgravación del 40 % del gasto en maquinaria y construcción de fábricas.

Vía: 9to5Mac.