Las alfombrillas siguen siendo un accesorio imprescindible para muchos jugadores y las compañías siguen creándolas de todos los tipos y tamaños. Porque además de ser un elemento para permitir que deslice mejor los ratones son también elementos de decoración de los equipos para jugar. El modelo más económico que Razer tiene en el mercado es la Gigantus v2, que mejora en varios aspectos a la Gigantus.

La recibida para este análisis es el modelo M, el cual tiene 360 mm × 275 mm y un grosor de 3 mm. Llega enrollada en la caja al ser eminentemente de tela y plástico, sin extras de ningún tipo porque, bueno, es un accesorio para PC bastante básico. La pones encima de al mesa, y de ahí no se mueve. No es un modelo con iluminación como otros que vende la propia compañía, por lo que en realidad está orientada a los que quieren centrarse en jugar.

La parte superior está hecha de una tela microtexturizada que permite a los sensores de los ratones detectar a la perfección su posición. Al fin y al cabo ese sensor de los ratones es como el de las cámaras y detecta el desplazamiento tomando dos fotos y contando los píxeles que se ha desplazado. Por eso las microtexturas de las alfombrillas son bastante importantes si realmente se quiere que favorezcan la sensibilidad del ratón. En el lado derecho hay un bordado con el logo de Razer que no molesta y queda como un buen detalle. La parte inferior es de goma antideslizante con textura, y cumple su función a la perfección.

He probado la alfombrilla con ratones de esta y otras marcas, incluido un Viper Ultimate de Razer y un XM1 RGB de Endgame Gear, y el resultado es que no solo no disminuye el rozamiento —lo cual es lo importante— sino que lo mejora. Tampoco puedo decir que lo mejore muchísimo o que se vaya a notar mucho, pero en general cumple bien su misión principal de que el sensor del ratón no se salte ni un píxel en el conteo. En ese terreno la superficie microtexturizada es perfecta.

Voy a señalar que hay cuatro modelos de esta alfombrilla que llegan hasta tamaño tapete. Además de este modelo hay uno L (450 mm × 400 mm × 3 mm), XXL (940 mm × 410 mm × 4 mm) y XXXL (1200 mm × 550 mm × 4 mm). El modelo recibido es como una alfombrilla típica, pequeña y para los que no necesitan mover mucho el ratón, pero el siguiente modelo (L) sería más interesante para disposiciones multimonitor. Los otros dos tamaños, que son de tapete y no de alfombrilla, tampoco les veo una excesiva utilidad más allá del de adornar la mesa —y acumular polvo y manchas de comida y bebida—.

El modelo M me parece el clásico y la Gigantus v2 no tiene mal precio (12 euros) para la calidad que tiene, aunque siendo tela y goma podrían haber bordado los cantos para darle más durabilidad. Al final se terminará levantando la tela de la base de goma, aunque no voy a poder jugar tanto con ella como para decir si la durabilidad es un problema o no. Como tampoco este tipo de alfombrillas llegan con ese bordado, tampoco es que haya alternativas claramente mejores.