Intel intenta regresar al sector de la ultramovilidad con los procesadores Lakefield, y los primeros de ellos se han incluido en los portátiles Galaxy Book S que Samsung anunció hace unas semanas. El Core i5-L16G7 está compuesto por cinco núcleos, uno de alta potencia y cuatro de bajo consumo, con una unidad gráfica integrada de 32 unidades de cómputo, una simple UHD Graphics. O no tan simple como se puede ver en el análisis al que le han sometido en Notebookcheck.

La comparación la hacen con procesadores como el Snapdragon 8cx (8N/8H) usada en algunos portátiles con Windows para ARM, un Core i3-1000NG4 (2N/4H) o el Core m3-8100Y (2N/4H). Todos tienen una potencia de diseño térmico similar, de 5-9 W, salvo el Pentium Gold 5405U (2N/4H) que tiene 15 W. La principal ventaja de este Lakefield es que es de arquitectura x86-64, por lo que no tendrá problemas a la hora de ejecutar el Windows 10 con normalidad, cosa que no pasa con la versión Windows 10 para ARM de algunos fabricantes de equipos originales.

En Geekbench obtiene un resultado decente de 1441 puntos, 479 en Cinebench R20 multihilo y 182 monohilo, valores algo bajos pero que están bien para un procesador que mide solo 12 mm × 12 mm. En 3DMark obtiene 1658 puntos, quedando por delante del Snapdragon 8cx, el cual obtiene 1593 puntos, y no demasiado lejos del Core i3-1000NG4, y bastante por encima del Core m3-8100Y. Está entre una UHD 615 y una UHD 620, por lo que de jugar mejor no hablar.

En general hay que tener en cuenta que los Lakefield son chips orientados a dispositivos móviles, ya sean teléfonos, tabletas o portátiles ultraligeros y de alta autonomía, y por tanto prima que sean pequeños, de bajo consumo y suficiente potencia para las tareas cotidianas. Este Core i5-L16G7 de momento cumple con lo prometido por Intel, pero claramente necesita una vuelta de tuerca que les dé algo más de potencia. Sobre todo con la sombra de Apple y sus nuevos procesadores ARM para Mac en el horizonte.