Desde hace más de un año los precios de los procesadores de Intel han distado mucho de lo que deberían ser. Los motivos fueron el (nuevo) retraso de la producción de procesadores a 10 nm cuando Intel ya tenía unas cuantas fábricas preparadas para producir a esa litografía, y un aumento de la demanda de sus procesadores. Esto ha llevado a una escasez que se ha ido paliando en todos estos meses, pero sigue sin ser suficiente.

Intel ha asegurado que la inversión adicional de 1000 millones de dólares por encima de los miles de millones que ya tenía planeado gastar durante este año ha servido para aumentar la capacidad y dar más flexibilidad al suministro de procesadores. Asegura haber aumentado un 25 % la capacidad de producción a 14 nm a la vez que ha preparado la de 10 nm, mejorando la producción cada trimestre. La compañía asegura que está priorizando la producción de los procesadores Core de última generación para sostener el crecimiento de sus clientes en sectores de alto interés.

En momento puntuales ha habido un desabastecimiento de algunos procesadores, pero sobre todo de los Pentium y Celeron. Del resto, no lo ha habido demasiado, pero aquí «escasez» significa que los precios de las distribuidoras aumentan y por tanto el precio final en tiendas deja de ser tan interesante para los consumidores. En portátiles se ha notado menos porque al aumento del precio de los procesadores de Intel se ha unido la fuerte bajada de las unidades de estado sólido y la RAM.

Según los analistas, la escasez seguirá presente durante uno o dos trimestres más, tras lo cual además se debería haber entrado en un momento en el que Intel debería tener ya casi en producción los nuevos procesadores a 10 nm+, lo que incluiría los de portátiles —donde se ha notado menos la escasez, aunque también— y los primeros de sobremesa —que no llegarían hasta finales de 2020 o principios de 2021—. Si no hubiera sido por esta escasez, los analistas aseguran que el sector PC habría mejorado sus ventas en torno al 8 % en lugar del 4 % registrado.

El factor que en realidad jugará en favor de Intel para que mejore sus existencias de procesadores será AMD. Ya ha mordido una buena parte del pastel de los procesadores de sobremesa y está expandiendo el de portátiles. Cuanto más cuota gane AMD, más favorecerá a los precios y disponibilidad de los procesadores de Intel, aunque AMD también está haciéndose con una cuota de mercado que Intel no podría haber cubierto en los últimos tiempos por la escasez de sus procesadores.

Vía: TechSpot.