AMD está preparando múltiples procesadores para este año, tanto para consumo como empresas, y ciertamente lo más importante debería ser que se centrara en las que incluyen unidad gráfica integrada (iGPU). Denominadas unidades de procesamiento acelerado (APU) por la compañía ya que usan una arquitectura que suman en ciertos casos el rendimiento de CPU e iGPU, si hubiera más de ellas podrían conformarse más equipos orientados a ofimática, que es un terreno en el que no está teniendo tanta presencia la compañía.

Las APU Ryzen 3 2200G y Ryzen 5 2400G van a ser sustituidas por las Ryzen 3 3200G y Ryzen 5 3400G que mantendrían la arquitectura Zen+ pero con mayores frecuencias de funcionamiento. Esas serían de 3.6 GHz de base y 4.0 GHz de turbo para el Ryzen 3, y de 3.7 GHz de base y 4.2 GHz para el Ryzen 5. Suponen una mejora de 300 MHz, aunque quedan otras incógnitas.

Suponiendo que mantengan las ocho y once unidades de cómputo (512 y 704 sombreadores) de la iGPU para el Ryzen 3 y Ryzen 5, quedaría saber la frecuencia de funcionamiento, porque generalmente la arquitectura GCN le sienta siempre bien las subidas de frecuencia aunque nunca permita mucha subida por temas de consumo de la arquitectura. También le sienta bastante bien cuanta más velocidad de la memoria principal mejor, y podría usar al menos DDR4-2933 como hasta ahora.

La decisión de AMD de nuevos procesadores tiene que hacer malabares con el compromiso de seguir produciendo chips a 12 y 14 nm en GlobalFoundries, con quien tiene un compromiso de producir cierto volumen de chips o tendría que pagarle una compensación por falta de producción. Es por ello que los Ryzen 3000 de portátil siguen siendo Zen+, es la razón de ser de estas APU, y si AMD está preparando nuevas APU basadas en Zen 2 y Navi llegarán bastante después que estas.

Vía: Guru3D.