En los últimos dos años las compañías de monitores han ido abandonando cada vez más rápido el sector de los modelos con G-SYNC. El módulo necesario para hacer funcionar esta sincronización adaptable de refresco de pantalla es caro, y suele suponer un sobrecoste de 100 a 200 euros en un monitor, dependiendo del modelo en concreto. El módulo de G-SYNC HDR incluso se estima que cuesta 500 dólares. Como comenté hace dos o tres años respondiendo a una pregunta, era solo cuestión de tiempo que Nvidia no tuviera más remedio que adoptar Adaptive Sync para sus tarjetas gráficas.

Ese momento ha llegado en el CES 2019. Adaptive Sync es el protocolo de VESA para la sincronización adaptable del refresco de pantalla, y es en la que se basa AMD para, con algunos cambios, hacer funcionar FreeSync en sus tarjetas gráficas. La implementación G-SYNC sobre Adapative Sync de Nvidia llegará en una próxima actualización de los controladores GeForce que estará disponible el 15 de enero junto a la RTX 2060, pero no todos los monitores con Adaptive Sync van a ser compatibles, lo que va a crear cierta complejidad y un pequeño lío de mercadotecnia a la situación.

Nvidia ha probado más de 400 monitores con Adaptive Sync, y solo doce son inicialmente compatibles con esta versión de G-SYNC sobre Adaptive Sync [edito: solo doce lo tendrán activado por defecto en los GeForce, pero se podrá activar para cualquier monitor con Adaptive Sync/FreeSync si así se quiere]. Aparentemente Nvidia podrá optimizar sus controladores para que más modelos sean compatibles, pero ciertamente llevará tiempo porque además muchos no se venden como «Adaptive Sync» sino como «FreeSync» y eso implica ciertos cambios para funcionar con las tarjetas gráficas de AMD. A partir de ahora los fabricantes de monitores tendrán que prestar más atención a ser Adaptive Sync de manera genérica, y no solamente FreeSync.

Estos monitores serán marcados como «Compatibles con G-SYNC», y las tarjetas gráficas compatibles serán las GeForce GTX 10 y las GeForce RTX 20. Nvidia asegura que la relación máximo/mínimo de estos monitores será de 2.4:1. Esto asegura que en los de 144 Hz funcionará al menos entre los 60 y 144 Hz, y que en los de 60 Hz funcionará entre los 25 y 60 Hz. Es un factor mínimo de relación máximo-mínimo de 2.4, por lo que podrá haber monitores con un rango de funcionamiento mayor.

Parece un poco extremo, porque muchos monitores de 60 Hz con Adaptive Sync funcionan más entre los 40 y 60 Hz, por lo que la certificación parece más orientada a monitores de 144 Hz o más. Esta certificación de Nvidia también asegura que no habrá parpadeos en su uso, blanqueo de imagen, pulsaciones, artefactos o imagen fantasma. Los monitores estrictamente G-SYNC son mejores en este terreno porque funcionan siempre desde el rango de 1 Hz hasta el refresco máximo del monitor.

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Vía: AnandTech.