Uno de los mayores problemas, tras identificar a los responsables de un ciberataque, es llevarlos ante la justicia. En muchas ocasiones, al residir estas personas en países distintos de aquellos en los que han efectuado sus operaciones, el proceso de extradición puede ser una auténtica odisea.

Estados Unidos está tratando de llevar ante los tribunales a los responsables del ransomware SamSam, los cuales extorsionaron dinero de hospitales, agencias estatales y alguna que otra ciudad, como Atlanta, recaudando más de seis millones de dólares en el proceso y ocasionando treinta millones de dólares en pérdidas. Las personas tras SamSam serían los iraníes Mohammad Mansouri y Faramarz Savandi, contra quienes se han presentado varios cargos, incluyendo fraude y daños a ordenadores protegidos.

El ataque habría sido cuidadosamente planificado por ambos desde que finalizaron la primera versión de SamSam en diciembre de 2015, investigando a sus víctimas y enmascarando sus actividades como tráfico legítimo. Los pagos demandados habrían sido en bitcoin, realizando posteriormente la conversión a riales iraníes.

El problema al que se enfrentan las autoridades estadounidenses es que los dos presuntos responsables residen en Irán, país con el que no existe tratado de extradición. Y, aunque puedan tomar medidas para limitar sus movimientos fuera de Irán, estos pueden seguir realizando sus actividades sin freno alguno desde la comodidad de sus residencias.

Vía: EnGadget.