Intel está pasando por un momento en el que el retraso de la producción de chips a 10 nm —pese a tener muchas fábricas ya adaptadas a este proceso— y el un aumento de la demanda de procesadores para centros de datos y sector PC han hecho que sea incapaz de cubrir esa demanda. La compañía lo confirmó oficialmente hace un par de meses, y también su intención de priorizar la producción de los procesadores Xeon y Core ya que son los que más margen de beneficios le dejan.

Por tanto, está desabasteciendo aún más de los procesadores de gama baja, incluidos los Pentium, y está impactando aún más a otros para aplicaciones de propósito más específico como son los Gemini Lake. Estos Celeron se sueldan a placas base de pequeño tamaño y se venden para pequeños servidores o equipos que tengan que realizar tareas remotas, como procesamiento de datos de motas de una red de sensores.

odroid-h2-2.jpg

Hay productores de estas pequeñas placas, como HardKernel que produce las Odroid, que han agotado las existencias de sus productos y no pueden comprar más procesadores a Intel. Al menos en un tiempo razonable, y lo que ha dicho HardKernel es que podrán hacerse con más procesadores Gemini Lake «en febrero o marzo». Es un serio problema para las empresas que requieren desplegar estos equipos, y de hecho la producción de ellas no es que sea elevada. HardKernel indica que de la Odroid-H2 fabricó solo 2000 unidades por ser conservadores, pero al final la demanda ha sido muy alta.

Si Intel no puede proveer ni siquiera 500 o 1000 unidades de los Gemini Lake a esta compañía, significa que la gama baja de procesadores va a quedarse muy desprovista de ello. Puede que haya puesto su mirada hacia los Celeron de portátil, que es donde la demanda resiste el reciente bajón de interés del consumidor en renovar equipos, pero esto lleva a avivar un poco el rumor de que Intel use a TSMC para producir los chips de gama baja, lo cual llevará cierto tiempo para amoldar los diseños a las bibliotecas de implementación usadas por TSMC.

Vía: AnandTech.