La compañía británica ARM desarrolla la arquitectura del mismo nombre usada por los procesadores de teléfonos y tabletas, y algunos otros dispositivos de movilidad. Ahora ha dado más detalles de hacia dónde se dirige el desarrollo de los núcleos que se usan en los procesadores publicando una hoja de ruta bastante interesante y que cubre los próximos tres años. Hay que tener en cuenta que solo es el desarrollo de los núcleos, ya que su implementación en procesadores y producción puede llevar un año más.

La compañía va a seguir con la propiedad DynamIQ que permite mezclar en cada clúster de núcleos diferentes tipos de ellos y de diferentes arquitecturas, dando mucha versatilidad a lo que quieran hacer las compañías con sus procesadores ARM. Este año anunció el núcleo Cortex-A76, del que aseguró que proporcionaba «rendimiento de portátil con consumo mínimo». Y es hacia ahí a dónde quiere ir ARM con su apuesta para 2019 y 2020.

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En 2019 presentará el núcleo con nombre clave Deimos, diseñado para fabricarlo a 7 nm, y en 2020 anunciará el Hércules que se podrá implementar a 7 nm pero también a 5 nm. Como he comentado, puede llevar tiempo la producción de un procesador desde que ARM anuncia un nuevo tipo de núcleo, y además los 5 nm, salvo que se resuelven los problemas de desarrollo de creación de obleas a esas litografías, no se espera que lleguen hasta 2021 o 2022.

Las mejoras de arquitectura que ha realizado ARM han ido a la zaga de Intel, copiando ciertos aspectos de la ejecución especulativa lo que ha llevado a sus núcleos más potentes a ser susceptibles de Meltdown, como lo son los de Apple o Intel. Pero una vez solucionado eso de manera arquitectural, los cambios a nivel de ejecución especulativa son los que están llevando a los núcleos de ARM a competir de tú a tú con los de Intel.

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De hecho, la compañía cree que el núcleo Cortex-A76 tiene una potencia casi comparable a la potencia mononúcleo del Core i5-7300U, y que en este sentido en 2019 y 2020 va a conseguir superar ampliamente esa potencia. Lo que lleva a que los procesadores ARM van a poder ser un verdadero rival de los procesadores de Intel en el entorno de los portátiles, aunque tampoco me olvido de los de AMD, ahora que está intentando abrirse camino en este campo. Sin embargo, la ventaja de la arquitectura ARM reside en su bajo consumo, aunque la gráfica mostrada por ARM no es muy fiable e incluso es engañifa pura y dura.

La compañía compara el consumo de un núcleo Cortex-A76 con el de un Core i5-7300U con sus dos núcleos, y obviamente son 5 W de potencia de diseño térmico frente a 15 W. Además, está comparando eso, potencia de diseño térmico para la solución de refrigeración y no consumo real, que es un terreno en el que no se ha metido. Pero en general sí que debería tener un consumo menor en un procesador con dos o tres núcleos Cortex-A76 orientado a portátiles, que podrían empezar a llegar el próximo año. La colaboración Qualcomm-Microsoft permitirá que aparezcan modelos con ellos y Windows 10, como competencia directa y más potentes de los Chromebook de Google.

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Vía: AnandTech.