La Comisión Europea (CE) llevaba tiempo investigando a Google por sus prácticas empresariales en Europa, como hace con cualquier empresa que tiene una posición dominante en un sector concreto. Al igual que ocurriera con la multa que sufrió por abuso de posición dominante en el sector de los buscadores, que le supuso una multa de 2400 millones de euros, la que ha cerrado ahora la CE es por abuso de posición dominante con Android.

Se ha saldado con una estratosférica multa de 4343 M€, ya que según estima la Comisión Europea, ha usado su posición dominante en el terreno de los teléfonos inteligentes a través de su sistema operativo Android para reforzar la posición dominante de su buscador. Por tanto, ha vulnerado las leyes antimonopolio de la Unión Europea.

Según asegura la CE, «desde 2011, Google ha impuesto restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos Android y a los operadores de redes móviles para consolidar su posición dominante en los servicios de búsqueda general en internet», en palabras de Margrethe Vestager, comisaria de Política de Competencia. En el informe publicado, se ha estimado que Google:

  • ha obligado a los fabricantes a preinstalar la aplicación Google Search y el navegador Chrome como condición para conceder la licencia de su tienda de aplicaciones, Play Store;
  • ha realizado pagos a determinados grandes fabricantes y operadores de redes móviles a condición de que preinstalaran exclusivamente la aplicación Google Search en sus dispositivos; y
  • ha impedido a los fabricantes que deseaban preinstalar aplicaciones de Google vender un solo dispositivo móvil inteligente que funcione en versiones alternativas de Android no aprobadas por Google (las denominadas «bifurcaciones de Android»).

La noticia publicada por la Unión Europea explicando la decisión entra en más detalle en la motivación de la investigación y en qué se basan para haber impuesto esta multa, y es una lectura recomendable. La situación actual es que, si bien Android es supuestamente software libre, Google no permite que medren las bifurcaciones de Android al no permitir la instalación por defecto en ellas de Play Store, que es una aplicación imprescindible.

Esto pone freno a cualquier posible competencia que pueda surgir contra Android porque el consumidor necesita de Play Store para instalar aplicaciones hoy en día. Y para tener Play Store hay que aceptar usar una versión aprobada de Android que incluya también Search y otros servicios y aplicaciones de Google. De un plumazo Google protege los ingresos por ventas de Play Store frente a tiendas de aplicaciones rivales, y refuerza la posición dominante de su buscador.

Por ejemplo, Google evitó que los productos de Amazon con Fire OS tuvieran acceso a la Play Store, que ha servido como uno de los ejes para sustentar la multa, que asciende exactamente a 4 342 865 000 euros. Ahora Google tiene un plazo de 90 días para poner medidas que pongan solución a este abuso de posición dominante.

Google ha indicado que recurrirá la multa, pero si no establece las medidas en el plazo de 90 días, habrá una multa adicional por cada día que pase y que no solucione el problema. Además, en la historia de las multas de competencia de la Unión Europea, recurrir las decisiones de la Comisión Europea puede llevar a multas aún mayores.

La tercera vía de investigación por abuso de posición dominante por parte de Google se está centrando en AdSense, el sistema publicitario de Google, y que empezó en julio de 2016 por restringir que se muestren anuncios de competidores directos de Google en otros sectores. Nuevamente, eso según las leyes antimonopolio no se puede hacer —usar tu posición en un sector que dominas para reforzar tu posición en otro distinto—.

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Fuente: Unión Europea.