Hay muchas placas base que tienen una configuración un tanto especial de las dos ranuras M.2 que tienen, por ejemplo dejando una con interfaz SATA3 y la otra con PCIe 3.0, sin que ambas puedan funcionar con PCIe. Aunque no es habitual —por el precio de las SSD de tipo PCIe—, hay usuarios que necesitan hacer un RAID de dos SSD, o meter hasta tres y cuatro M.2 PCIe en el equipo. A esos no les queda más remedio que mirar a alguno de los adaptadores directamente a ranura PCIe que hay en el mercado.

Gigabyte ha presentado dos tarjetas adaptadoras de este tipo. La primera, llamada simplemente CMT4032, dispone de dos ranuras M.2, mientras que la otra, la CMT4034, dispone de cuatro. Tienen el mismo tamaño de 150 mm × 68.9 mm —perfil bajo—, y cuentan con disipador en uno de los lados. No es algo excesivamente necesario salvo que se haga un uso intenso de las SSD, por ejemplo en un uso profesional. Es por lo que las SSD PCIe en placa base, sin que tengan un disipador integrado o lo aporte la placa base —y no todos los diseños son buenos para las temperaturas—, puede llevar a la limitación térmica de su rendimiento.

Las tarjetas admiten tamaños de SSD de 2280 y 22110, con conexiones PCIe 3.0 ×4 para cada una de las SSD, y multiplexadas a un PCIe 3.0 ×8 o un PCIe 3.0 ×16 dependiendo del modelo de la tarjeta adaptadora. La única limitación para usar estos adaptadores PCIe es que la placa base tenga suficientes ranuras PCIe para gestionar una tarjeta gráfica a ×16 y también a ×16 el adaptador de cuatro M.2.

Vía: Guru3D.