Intel lleva un año ajetreado en el plano de la seguridad desde que en los primeros días de enero se destaparan los fallos de seguridad conocidos como Spectre y Meltdown. No se conoce que nadie los haya usado para realizar ataques contra algún sitio, pero son considerados como fallos muy graves y por tanto es altamente recomendable que se actualicen los equipos. Eso implica tener la última versión del sistema operativo que se use y la última versión del BIOS.

Intel ha empezado a distribuir a sus socios las actualizaciones de microcódigo para el BIOS para los procesadores más antiguos que indicó que verían solucionado Spectre y Meltdown. Se puede ver el estado actual de estas actualizaciones de microcódigo en la web de Intel.

Ahora mismo ha distribuido una amplia variedad de actualizaciones que van desde los procesadores de primera generación Core como ciertos modelos de Westmere, para los Lynnfield, la segunda generación Sandy Bridge, y la tercera generación Ivy Bridge. La actualización incluye la más reciente vulnerabilidad definida como la variante 4 de Spectre y la variante 3A con el identificador CVE-2018-3640.

Es probable que cada cierto tiempo sigan apareciendo nuevas formas de explotar esta vulnerabilidad de la ejecución especulativa que usan todos los procesadores modernos para mejorar el rendimiento. Aunque, eso sí, para beneficiarse de las nuevas versiones de microcódigo de Intel se depende de que los fabricantes de placas base distribuyan nuevas actualizaciones del BIOS para sus distintos modelos.

Vía: TechPowerUp.