Con el precio de las unidades de estado sólido (SSD) a la baja, que quizás se estanque en breve, la otra tecnología en la que han estado trabajando las compañías para abaratar su coste es el de la memoria NAND de tipo QLC (cuatro bits por celda). La primera SSD en anunciarse con esta memoria NAND es de Micron e Intel, la 5210 ION, que continúan el desarrollo de tecnologías de manera conjunta, colaboración de la que salió también la memoria 3D XPoint usada por Intel en su familia Optane.

En las SSD, la información se guarda en las celdas en realidad en forma de voltajes. Cuando se escribe información, se va escribiendo voltajes en función del valor binario que se quiera almacenar, y después se lee de nuevo ese voltaje y traduce al valor binario. El proceso de escritura desgasta el material de la NAND, que puede llevar a que en un momento dado se quiera grabar, por ejemplo, un valor con 4 V y en realidad se guarde como 4.5 V. En la memoria SLC (un bit por celda) no es un problema porque cada bit abarca 6 V, pero en la memoria TLC (tres bits por celda) son 1.5 V para cada posible valor, y en la QLC —dieciséis posibles valores— es de 0.75 V. No incluyo en ello el habitual margen de salvaguarda, por lo que el rango de voltajes es incluso inferior.

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A mayor cantidad de posibles valores en una celda, más hay que afinar la escritura y lectura. En parte, el controlador de las SSD se encarga de intuir el estado de desgaste de una celda para tenerlo en cuenta y leer siempre el valor correcto o, en caso de estimarlo, marcar la página a la que marca la celda como defectuosa —la lectura y escritura se hace por páginas, no por celdas concretas—. Por tanto, el reto al que se enfrentan las compañías a la hora de producir memoria NAND de tipo QLC es la durabilidad, y es un escollo que Micron e Intel han salvado.

Pero gracias a ser de tipo QLC, cada chip producido de una oblea almacena más cantidad de información —el doble en este caso respecto a la TLC—, por lo que los costes de cada chip, a mismo rendimiento de producción, se reduce a la mitad. No está nada mal, y es lo que va a hacer bajar sustancialmente el precio de las unidades de estado sólido en el futuro cercano, junto con apilar más capas de memoria en los chips NAND 3D, de las que ya es habitual que sean de 64 capas —ya tienen casi listas las 96 capas para memoria TLC—, que son el número de capas de esta memoria NAND QLC de Intel y Micron.

Cada celda tiene estimada una durabilidad de 1000 ciclos de programación-borrado, que no es lo mejor que se puede conseguir en otros tipos menores, pero es un buen punto de comienzo. El 5210 ION se va a vender en formato de disco de 2.5 pulgadas con interfaz SATA3, con un controlador 88SS1074 de Marvell, con un sobreaprovisionamiento adicional para mejorar la durabilidad de estas SSD. Micron no ha dado casi información, aunque se estima que la durabilidad se sitúe en 0.5 DWPD (grabaciones de disco completo al día), que no es mal punto de partida. Se pone a la venta en capacidades de 1920 GB, 3840 GB y 7680 GB, y está orientado al sector empresarial, sobre todo para aplicaciones que lean sobre todo de disco más que grabar datos.

Vía: AnandTech.