La revista francesa Canard PC Hardware ha publicado en su edición impresa el primer análisis serio del Ryzen 7 2700X, por lo que ya se dejan de lado los rumores para entrar en hechos fehacientes. Es el procesador que viene a sustituir al Ryzen 7 1800X con una clara intención por parte de AMD de simplificar su gama alta de procesadores. Se trata de un modelo que cuenta con un turbo máximo de 4.3 GHz con un núcleo activo, que bajará a 4.175 GHz con dos activos, y se mantendrá sobre los 4 GHz con cuatro a siete núcleos activos.

Es una mejora frente al Ryzen 7 1800X, aunque en última instancia la diferencia de rendimiento es de en torno al 8 % a 10 %, incluso 14 % en pruebas en 3DSMax o Blender. Debido a que es un Ryzen 7 1800X pero subido y siendo capaz de mantener los 3.9 GHz con todos los núcleos activos en vez de los 3.7 GHz, su consumo se va de los 129.4 a los 142 vatios, que no debería sorprender. El procesador reduce la latencia de acceso a memoria, que ayuda a aliviar un problema como es lo que afecta la velocidad de memoria en los juegos.

En este apartado hay buenas noticias, ya que el Ryzen 7 2700X consigue prácticamente alcanzar al Core i5-8400 en juegos con una GTX 1080 jugados a 1080p, aunque se sigue quedando muy lejos del Core i7-8700K. Es una mejora de en torno a un 6 a 8 % a la hora de exprimir una tarjeta gráfica potente a 1080p, aunque esto solo debería de preocupar a los que tengan un monitor de más de 60 Hz, que siguen estando poco extendidos —aunque cada vez más—. A 1440p con una GTX 1080 Ti la mejora ronda el 3.5 % según las pruebas realizadas por la web y que se muestran en la gráfica anterior.

En el análisis también aparecen otros dos procesadores: Ryzen 5 2600X y Ryzen 5 2600. Su consumo vuelve a ser mayor que sus equivalentes Ryzen 1000, y en el caso del Ryzen 5 2600X es de un 20 % mayor, situándose en los 103.7 vatios. Su potencia también se sitúa en torno a un 10 % superior, que en realidad es lo que siempre ha indicado AMD para los Ryzen 2000: una mejora de rendimiento, pero que nadie se esperara maravillas. Una mejora suficiente a la espera de lo que llegue con los Ryzen 3000 y sus núcleos Zen 2.

La incógnita sigue siendo el precio, porque el Core i5-8400 es un rival muy duro por 169 euros para los que quieran un equipo para jugar en cuanto lleguen las placas base serie 300 más económicas, y el Core i7-8700 —mismo rendimiento en juegos que el i7-8700K— está por 284 euros.

Vía: Videocardz.