La lucha entre China y EE. UU. en el ciberespacio se ha llevado en los últimos años al terreno de vigilar a las empresas privadas que operan en el suelo de cada uno de ellos. China mantiene un escrutinio constante sobre las compañías estadounidenses, como Apple, para asegurarse de que mantienen la debida censura y que no envían datos sensibles de sus ciudadanos a los EE. UU. Debido a ello, EE. UU., con Trump al mando, ha estado tomando medidas similares con las empresas chinas.

La más perjudicada, pero no la única, es Huawei, ya que los estrechos lazos entre sus directivos y el Partido Comunista de China siempre han sido visto con escepticismo por el Gobierno de los EE. UU. Esta situación se llevó recientemente al extremo de que Trump firmó un decreto que prohibía la compra de equipamiento de Huawei por parte del Gobierno, y un congresista quiere extenderlo también de las subcontratas con quien tengan contratado algún servicio.

Ahora son los directores del Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y otras tres agencias gubernamentales han realizado un llamamiento a los ciudadanos de EE. UU. para que no adquieran los productos o servicios de Huawei, pero también avisan de que no compren los de ZTE. Los argumentos son los mismos que han estado esgrimiendo los políticos estadounidenses, que es el riesgo de que el Gobierno chino está espiando las comunicaciones de estos dispositivos mediante puertas traseras, lo que les lleva a creer que puedan estar robando información.

El director del FBI, Chris Wray, ha dicho que «estamos profundamente preocupados por el riesgo de permitir que cualquier compañía o entidad que esté sometida a gobiernos extranjeros no compartan nuestros valores se hagan con posiciones de poder en nuestras redes de telecomunicaciones». El boicot de los productos de Huawei en EE. UU. no han hecho más que empezar, y eso que la compañía ha estado introduciendo poco a poco sus teléfonos Honor en el país, con cierto grado de éxito.

El trato entre AT&T con Huawei para vender el Mate 10 Pro —y otros teléfonos de Huawei— en su planes de telefonía fueron, según las malas lenguas, dinamitado por el Gobierno del país. Solo pasaron unos días desde que AT&T anuncio ese trato hasta que se echó atrás.

Vía: 9to5Google.