Microsoft presentó en mayo de 2017 la versión Windows 10 S, sobre todo orientada al entorno educativo y profesional. Esta versión está preinstalada en diversos dispositivos vendidos por la compañía y sus socios, y su principal característica es que limita la instalación de programas a los que se encuentren disponibles a través de la Tienda de Windows. Eso evita la instalación de programas maliciosos desde fuera de la tienda, así como la instalación únicamente de aplicaciones de 64 bits, inherentemente más seguras.

Sin embargo, la compañía ha optado por abandonar esta versión, quitándola como una de las versiones disponibles para los ensabladores. Pero no se va muy lejos, ya que Windows 10 S se va a convertir en un modo de uso opcional de Windows 10 Home, Education y Pro. Este modo se integraría en la versión 1803 de Windows 10, a llegar en abril y cuyo nombre en clave es Redstone 4. Eso hará que sean Windows 10 Home S, Education S y Pro S. Seguiría siendo una versión más económica del sistema operativo de cada una de esas versiones, y se podrían actualizar a las versiones completas pagando 49 dólares.

Esta versión de Windows 10 también tendrá un nuevo sistema de precios para los fabricantes en función de las características del PC en el que se vaya a instalar. Por ejemplo, los que tengan un procesador Atom, Celeron o Pentium con 4 GB de RAM o menos y 32 GB de almacenamiento tendría un coste de 25 dólares, o si tienen más de ese almacenamiento costaría 45 $, con pantallas de portátil de 14.1 pulgadas o menos, o tabletas con una de 11.6 pulgadas o menos.

Los que tengan un procesador potente, tipo Core i9 o un i7 de seis o más núcleos, un Threadripper o un Ryzen 7, costaría 101 dólares. La versión estándar para OEM costaría 86.66 dólares a partir de la próxima primavera.

Vía: Ars Technica.