El tema del racismo es uno muy peliagudo en EE. UU., y de cara al público hay que tener mucho cuidado con lo que se dice o hace. En todo estadounidense hay un racista en potencia, ya sean blancos odiando a negros o los negros odiando a los blancos, pero hay una palabra que en público no se puede pronunciar: nigger. Viene a ser «puto negro de mierda» hoy día —no así hace una década—, del que la palabra negrata es una traducción posible, pero se pierde la mayor parte del racismo intrínseco del que va cargada nigger.

PewDiePie ha tenido un desliz bastante importante en su canal de YouTube, en un vídeo que ya fue retirado. Estaba jugando a Firewatch cuando ocurrió el monumental desliz de decir nigger, y el codirector del mismo, Sean Vanaman, ha solicitado la retirada del material relacionado por el revuelo que se ha levantado, diciendo de él que «es peor que un racista redomado: es un propagador de despreciable mierda que hace un daño real a la cultura de la industria [de los videojuegos]».

Como en España no tenemos problemas abiertos en este terreno —por ahora—, puede ser difícil de entender la gravedad de la situación, pero ciertamente es grave. Nadie dice la palabra n en EE. UU. sin sufrir las cosecuencias. En este caso, PewDiePie está empezando a ser catalogado como racista, y puede ser problemático para su carrera y fuentes de ingresos. En febrero perdió los contratos con YouTube Red y Disney a raíz de una broma antisemita que a los estudios de Hollywood, la mayoría controlados por judíos —el director general de Disney, Bob Iger, lo es—, no les hizo ninguna gracia.