Apple renueva finalmente sus iMac, después de que no lo haya renovado desde finales de 2015. Las primeras mejoras se centran en la pantalla, con un brillo de 500 nits y sus habituales 4K o 5K de resolución según el modelo, y mayor calidad de imagen.

Disponen de procesadores Kaby Lake, 32 GB de RAM, al menos un Fusion Drive mejorado o un SSD PCIe de alta velocidad, con dos Thunderbolt 3 además de los cuatro USB 3.0. El iMac de 21.5 pulgadas usará una Iris Plus 640, con opción de Radeon Pro 555 y 560. El modelo de 27 pulgadas tendrá opciones de Radeon Pro 570, 575 y 580, de hasta 5.5 TFLOPS de rendimiento, similar a la RX 580. También renuevan los MacBook Pro con procesadores Kaby Lake, nuevas tarjetas gráficas Radeon —actualizando a las RX 500— y nuevos SSD.

El iMac Pro es el nuevo añadido, y llegará con un acabado en color negro, y será el Mac más potente hecho hasta la fecha. Manteniendo su pantalla 5K y un sistema de doble ventilador. Los procesadores disponibles serán los Xeon de 8, 10 y 18 núcleos con multihilo, y las GPU estarán basadas en las tarjetas gráficas Vega de AMD, con hasta 11 TFLOPS de potencia de cómputo. Dispondrá de cuatro Thunderbolt 3, cuatro USB 3.0, un conector de 10 Gigabit Ethernet, hasta 4 TB de SSD y 128 GB de memoria ECC.

El precio del iMac Pro partirá de los 5000 dólares, cuando otras opciones de otros fabricantes parte de los 8000 dólares —habría que echar cuentas—, e incluirá un Xeon de ocho núcleos, gráfica Vega, 32 GB de RAM, y el monitor 5K de alta calidad —que de por sí ya son más de 1500 dólares por sí solo—. Estará disponible en diciembre.