El empeño de Microsoft por hacer que los usuarios de Windows actualizasen sus equipos a Windows 10 fue realmente exagerado. Tanto es así que la agresividad de la misma ha derivado en demandas, en las que se alega que esta actualización se ha hecho sin el permiso de los usuarios.

La compañía ya fue condenada el año pasado por la actualización no autorizada que sufrió una usuaria en la que perdió datos de su negocio, a lo que se le sumaron poco después dos demandas más. Ahora llega una demanda colectiva en el estado de Illinois, en la que los demandantes afirman que tras la actualización, en ocasiones sin permiso, sus PC quedaron inutilizados, teniendo que pagar para que se los reparasen o para adquirir uno nuevo, haciéndoles perder sus datos.

Algunos de los métodos empleados por la compañía están bajo escrutinio a causa de la demanda, como la ventana emergente en la que aparentemente no se daba a los usuarios otra opción que no fuera la actualización, aunque bastase con cerrar la ventana pulsando el botón en la esquina superior derecha. Esto no implicaba que no saliera nuevamente esta ventana más adelante.

Dentro de la demanda también se alega que el instalador de Windows 10 solo comprueba la compatibilidad del equipo, sin tener en cuenta el estado del sistema o si el disco duro puede aguantar la instalación. Algunos de los demandantes vieron como su disco duro quedaba inutilizado tras la instalación. Si estos demandantes consiguen que se les compense por los daños sufridos, así como al pago de los abogados, será cosa del juez que ya está trabajando en el caso.

Vía: Hot Hardware.