Con el avance de la tecnología, cada vez son más las empresas que se están planteando cambiar a los operarios humanos por robots. En algunos casos la sustitución se hace en puestos de alto riesgo, por lo que parece un cambio lógico. En otros, se hace simplemente por productividad, ya que la velocidad de los robots que se encargan de empaquetar productos o montar dispositivos electrónicos no puede ser igualada por los humanos.

Ante esta situación, Bill Gates cree que los robots tendrían que ser sometidos al régimen impositivo de cada país, gravándolos en función de la tarea realizada. Este impuesto seguiría la línea de otros que se han creado para proteger, por ejemplo, a la minería del carbón, o la que se impone a los vehículos más contaminantes.

La situación es que los operarios humanos pagan impuestos por su trabajo, mientras que los robots no pagarían nada por la producción. Este impuesto podría ser pagado por los fabricantes o quienes emplearan a los robots para facilitar la reincorporación de los humanos a puestos de trabajo en los que todavía se les va a necesitar. La Unión Europea ha rechazado hasta ahora este planteamiento por considerarlo negativo para la competitividad y el empleo.

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Vía: TechSpot.