Apple ha solicitado a Pegatron y Foxconn, principales socios fabricantes de la compañía, que estudien la posibilidad de fabricar sus productos en Estados Unidos. El motivo son las declaraciones del presidente electo Donald Trump específicos a la procedencia china de la gran mayoría de productos comerciales de Apple y su intención de obligar a esta a fabricar dentro del país "sus computadoras y cosas".

Apple siempre ha visto esto como algo imposible, ya que para ellos la producción nacional no es viable económicamente hablando, aunque algunos productos como el Mac Pro se ensamblan en EE. UU. La futura administración de Trump podría dificultar las importaciones imponiendo aranceles a las mismas y forzando a Apple y otras a trasladar la producción a territorio estadounidense, aunque sea un porcentaje de lo vendido nacionalmente.

Habría que analizar más cómo la administración de Donald Trump va a fomentar la producción en EE. UU., qué es lo que exactamente va a cambiar y de qué manera para conocer hasta qué punto afectaría esto a Apple. Pero no es descabellada la idea de una producción nacional de iPhone, iPad y Mac si se la presiona adecuadamente. Lo que será interesante es ver si Apple estaría dispuesta a reducir sus amplios márgenes de beneficio, que se sitúan sobre el 30 %, o si los precios de sus productos en EE. UU. se verían incrementados notablemente para mantener el mismo.