Hasta ahora las compañías de realidad virtual, HTC y Oculus, habían indicado que sus gafas necesitaban un PC de más de 1.000 euros para funcionar de manera fluida (o más hacia 800 euros ahora mismo si se eligen bien las piezas). Las pantallas que incluyen funcionan con un refresco de 90 Hz, lo que implica tarjetas gráficas capaces de generar 90 fotogramas por segundo, y eso son tarjetas gráficas de 200 euros o más.

Oculus VR ha anunciado una nueva técnica que va a permitir reducir notablemente los requisitos para usar unas Rift y que ya está implementado en su firmware. Se trata de la deformación espacial asíncrona, que permite modificar el último fotograma generado cuando sea necesario (de ahí lo de asíncrono) en función del movimiento y posición de las gafas para mantener la puesta en pantalla a 90 FPS incluso cuando la tarjeta gráfica no pueda seguir el ritmo necesario o solo sea capaz de generarlos a 45 FPS.

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De esta forma se pueden usar aquellos PC que solo cuentan con al menos una GTX 960 (muy popular) o equivalente como la R9 380, un Core i3-6100 o FX-4350, y 8 GB RAM. El resto de requisitos se mantiene, como un puerto USB 3.0 libre y dos puertos USB 2.0, más un HDMI 1.3 o superior en la tarjeta gráfica, con Windows 8 en adelante.

Ahora en vez de gastarte 2.000 euros en un PC en condiciones, las gafas y los imprescindibles mandos para interactuar con los mundos virtuales, solo necesitarás 1.600 euros.

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Vía: The Verge, PC World, Tech Report.