Dentro de las labores que está realizando Microsoft para dejar a un lado las versiones antiguas de Windows, en enero anunció que los procesadores que fueran apareciendo a partir de este año sólo recibirían soporte en Windows 10. Eso más bien quiere decir que, de tener alguna característica especial, sólo estará disponible en esta versión, y que de haber problemas de incompatibilidad en las versiones anteriores de Windows, Microsoft no se molestará en solucionarlos.

Pero a su vez, Microsoft aseguró que, de producirse algún problema de compatibilidad en las actualizaciones de seguridad con los procesadores Skylake, los sistemas que los utilizaran no recibirían el parche. La fecha inicial del fin del soporte a los Skylake en Windows 7 y 8.1 era julio de 2017, y ahora la compañía lo ha extendido a julio de 2018.

Esto le da a las empresas un mayor margen de tiempo para cambiar sus equipos críticos que dependan del máximo soporte de seguridad por parte de Microsoft. Además, la compañía lanzará los parches críticos también para los sistemas con un Skylake hasta enero de 2020 para Windows 7 y enero de 2023 para Windows 8.1.