El coste de que las compañías vayan añadiendo cada vez más y más electrónica en el mismo espacio (o en algo más en algunos casos) es que la reparación de los dispositivos por uno mismo se convierte en imposible. Para valorarlo están los chicos de iFixit, que han despiezado los Galaxy S7 y S7 edge para dar fe de ello.

Lo más notable de estos teléfonos es que incluyen un pequeño caloducto o heatpipe para disipar el calor generado por el Snapdragon 820. Si bien estos caloductos incluyen líquido para hacer su labor, no se le puede considerar refrigeración líquida tal ya que son utilizados incluso en la refrigeración por aire de los PC.

Ambos teléfonos según iFixit reciben una nota de reparabilidad de 3 sobre 10. Hay cosas difíciles de cambiar, como el puerto USB, porque se puede romper la pantalla en el proceso. Tampoco les gusta que la parte delantera y trasera utilicen cristal para recubrirlo ya que "duplica la posibilidad de roturas". El cristal está fundido al panel OLED, por lo que hay que cambiar ambas piezas a la vez, aunque es algo realmente común en los últimos años para mejorar tiempos de respuesta de la pantalla y nitidez, entre otros motivos como reducir el grosor.

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Vía: SlashGear.