Uno de los motivos por los que Microsoft quiere que Windows 10 esté en todos los PC del mundo es que tienen acceso a la Windows Store y las aplicaciones universales. Esas aplicaciones que se desarrollan una vez y se pueden ejecutar en cualquier otra versión de Windows 10, ya sea la de teléfonos, tabletas o una Raspberry Pi.

Pero en el terreno de los juegos, ahora que lleva un tiempo a la venta Rise of the Tomb Raider en esta Windows Store, no es buena idea comprarlo en ella, y lo mismo se aplicará a la llegada de Quantum Break. No es la misma versión que se puede comprar en tiendas físicas o digitales, si no una adaptada a aplicación universal, y por tanto tiene algunos problemas relacionados.

El primero es que la sincronización vertical (V-Sync) estará siempre activa y por tanto afectará a los FPS del juego, sobre todo en los equipos menos potentes. Tampoco será compatible con Nvidia ShadowPlay y otros programas que muestren los FPS, y no se pueden añadir a bibliotecas de otros programas como Steam al carecer de un archivo ejecutable. Las tecnologías de gráficas múltiples (Nvidia SLI y AMD CrossFire) no están soportadas por ahora en las aplicaciones universales. Y no tienen soporte para macros, mods y similares.

Estos y otros problemas que para los jugones serios será una gran limitación, y si Microsoft quiere que otras compañías pongan sus juegos en la Windows Store, tendrá que irlos solucionando. En muchos aspectos Windows 10 todavía es un producto en desarrollo, y en el de los juegos como aplicaciones universales es uno de ello.

Vía: PC World.