Por la forma en la que se fabrican los procesadores de cualquier tipo, cuando se cortan de las obleas en las que se fabrican se les hace pasar por un proceso de cribado para determinar su potencial. En el caso de las R9 Fury, R9 Fury X y R9 Nano, los chips de la GPU pueden proceder de las mismas obleas, pero en el proceso de fotolitografía con el que se crean puede resultar que algún transistor de algún bloque resulta dañado.

El resultado es que las compañías, en este caso concreto AMD, proceden a limitarlos por firmware o físicamente para que no tengan acceso a parte de su potencial. En el caso de la R9 Fury, gracias a CUINFO se puede desbloquear parte del potencial perdido en el proceso.

La herramienta puede ir configurando los núcleos del chip Fiji que usa la tarjeta gráfica poco a poco para, con un poco de suerte, desbloquear los 512 núcleos que separan la Fury de la Fury X. Su modelo de Asus Strix R9 Fury ha conseguido igual en rendimiento a la Fury X, por lo que ha tenido suerte.

En unos casos la GPU puede venir capada físicamente debido a algún problemático fallo en alguno de sus bloques. En otros puede no notarse a corto plazo el defecto del chip, ya que en el cribado también se pone a prueba su consumo y calor generado, otro de los motivos por los que algunos chips de las obleas pueden acabar en la basura.

Vía: Hot Hardware.