Se huele ya el cloro de las piscinas en el ambiente, y eso significa que en tres meses Apple presentará los nuevos iPhones. En septiembre, por si no queda claro. Los nuevos rumores de los analistas, y específicamente del bastante acertado Ming-Chi Kuo de KGI, apuntan a novedades en varios terrenos para el iPhone 6s y 6s Plus (o como se terminen llamando).

Según este analista, los próximos iPhones contarán con un incremento de su grosor de 0,15 a 0,2 mm para acomodar la capa de sensores y motores que componen Force Touch, la tecnología de sensación háptica de Apple. Esta tecnología está ya incluida en los trackpads de los últimos MacBooks, y en la pantalla del Apple Watch.

Además los iPhones contarían con refuerzos en su interior para evitar que se doblen con más facilidad de la necesaria, aunque meses después del #bendgate (que afectaba sobre todo al iPhone 6 Plus) la dura realidad es que no ha afectado a la gente que no se pone el iPhone en el bolsillo del culo y se sienta sobre él. El problema existía, no lo niego, pero llevo 8 meses con un iPhone 6 en el bolsillo y no se me ha doblado un ápice.

La cámara también podría perder la protuberancia trasera, que es uno de los dos elementos que afean al iPhone (el otro son las tiras de plástico de adorno). La cámara llegaría con 12 megapíxeles para, después de tres o cuatro años, permitir que las fotos, si bien son de alta calidad, se puedan ampliar para otros usos a parte de verlos en un PC.

La mejora en los componentes internos y un mayor grosor también llevaría a mejorar la autonomía de los nuevos iPhones. Si bien en el iPhone 6 Plus es realmente buena, en el iPhone 6 (a la postre el más vendido), llegas al final del día, o un par de días con un uso ligero.

Vía: 9to5Mac.