Samsung ha tenido un año duro, y no parece que en la campaña de Navidad vaya a mejorar mucho sus resultados. Cuando una gran compañía yerra en las estimaciones de ventas de un producto, necesita medio año para ajustar línea de producción y limpiar de stock los almacenes. Según The Wall Street Journal, Samsung tiene los suyos llenos de Galaxy S5 sin vender.

La estimación de ventas reales, no de envíos a distribuidoras, es de alrededor de los 12 millones de unidades en los primeros tres meses. Más o menos lo que Apple vendió de los nuevos iPhone 6 en su primer fin de semana. Esta comparación es importante puesto que Samsung siempre se ha querido comparar a Apple y verle como su principal competidor obviando a toda la enorme competencia que tiene dentro de Android. Craso error.

Por eso las ventas del Galaxy S5 están ahora mismo un 40% por debajo de lo que Samsung esperaba vender, y para vaciar los almacenes ha ido recurriendo a un gasto superior en publicidad para intentar llamar la atención del consumidor y deshacerse de esas (muchas) unidades de más. Pero la única táctica válida a estar alturas, con millones de Galaxy S5 sin vender en sus almacenes, es la de bajar el precio del dispositivo que, por otro lado, está entre los mejores.

Samsung estaría también planeando un cambio en algunos puestos directivos clave como el de la división móvil, en el que JK Shin cedería su puesto a su colega y co director ejecutivo encargado de la división de televisiones y accesorios. Se avecina un buen culebrón para Samsung, que por ahora ha tomado la decisión de reducir en un 30% los costes y número de modelos de teléfonos que va a poner a la venta en 2015.

Vía: The Verge.