Samsung está totalmente decidida a sacar adelante el sistema operativo Tizen y llevarlo a todo tipo de dispositivos, desde smartphones hasta portátiles. Son las ventajas de ser una distribución de Linux y de estar apoyada no solo por los coreanos, sino también por otros pesos pesados del sector tecnológico como Intel, o por la propia Fundación Linux.

Pero Tizen también podría convertirse en la herramienta de reconciliarla con Apple. A medida que se va quedando más lejos la etapa de Steve Jobs al frente de la compañía, se empieza a vislumbrar un claro cambio de tendencia en la guerra entre Samsung y Apple. Prácticamente, la guerra global termonuclear que Jobs declaró a Android se está quedando en la nada, en parte gracias a llegar a acuerdos con fabricantes de Android como HTC, licenciando sus patentes por una módica (y desconocida) cantidad.

Ya no hay grandes titulares de "Samsung demanda a Apple" o "Apple demanda a Samsung y otras treinta empresas más". Las noticias que se generan en los últimos meses sobre la guerra de patentes están relacionadas con demandas que se llevaron a cabo hace meses o años, o los juicios que siguen a decisiones judiciales (por ejemplo, un juicio a parte para determinar indemnizaciones). Está todo muy tranquilo, aunque también en la época que estamos en el hemisferio norte, lo que más apetece es tomarse un mojito a pie de playa.

Los rumores que sí están circulando es que Apple vuelve a mirar a Samsung como proveedor de componentes tecnológicos, y específicamente de pantallas para sus productos. ¿El motivo? Que Samsung invierte más de 30.000 millones de dólares al año en I+D+i, y eso es mucho más de lo que invierte cualquier otra compañía en el mundo. Es algo de lo que Apple no se puede permitir prescindir, no ya en lo relacionado con nueva tecnología, sino más bien en lo que investiga Samsung sobre procesos de fabricación. Los problemas de producción en Foxconn produjeron cortes de suministro del iPhone 5.

Pero ahí tenemos a Tim Cook, tomando las riendas de Apple tras la muerte de Jobs, y con la misión de continuar la guerra termonuclear global contra Android. Pero Cook, habiendo sido el Director de Operaciones encargado de cerrar tratos con proveedores durante años de forma exitosa (y facilitando a la compañía grandes márgenes de beneficios), veía difícil prescindir de Samsung. Si tienes un Mac o iPhone, seguramente la memoria o el disco duro sean de Samsung, así como muchos otros pequeños componentes de ellos.

Cook tenía una posición difícil: cumplir uno de los últimos deseos de Jobs (la aniquilación de Android) o mantener la cadena de proveedores. Siendo menos temperamental que Jobs, Cook ha conseguido esperar lo suficiente como para que Samsung haya mostrado sus cartas: Tizen. Si los coreanos abandonan Android y adoptan abiertamente Tizen en sus productos, la necesidad de continuar la guerra contra Samsung se hace innecesaria.

Los rumores de que Apple podría volver a confiar en Samsung para diversos componentes de productos, como las pantallas, no son por tanto nada descabellados. Sería, al fin y al cabo, posible por la paz firmada mediante la adopción de Tizen. Si Samsung dejara de usar Android, ¿qué razón habría para seguir llevándose mal? Eso no beneficia a ninguna de las dos compañías.

No me extrañaría que en los próximos meses viéramos más rumores en esta dirección, salvo sorpresas. Si Tizen tiene éxito, la reconciliación entre Samsung y Apple está más que asegurada. Al fin y al cabo, ambas compañías son los mayores vendedores de smartphones y tabletas del mundo, y las únicas que consiguen obtener beneficios con su venta. Ahora todo depende de las decisiones que tome Google para mantener a Samsung dentro del ecosistema de Android. Y lo va a tener difícil.