Aunque todavía no se hayan puesto a la venta, mucho se está hablando de Google Glass. Por un lado, de las compañías que también están entrando en el sector de las gafas inteligentes, como Vuzix o LG. Por otro, de la forma en que va a revolucionar nuestra existencia pese a no proporcionar por el momento realidad aumentada.

Pero también, por parte de los políticos, que quieren empezar a regular su uso para que no ocurra como con los teléfonos móviles mientras se va conduciendo. En España llevan prohibidos al volante desde finales de los 90, pero en algunos Estados de norteamérica, como California, no los han prohibido hasta fechas tan recientes como 2008, con una fuerte polémica a sus espaldas. Por eso quizás un miembro de la Cámara de Delegados de Virginia Occidental, Gary Howell, haya querido poner ya remedio a un problema que será muy habitual en los próximos años: el uso de las gafas inteligentes mientras se conduce.

Es una medida oportuna y acertada, ya que las compañías tecnológicas suelen hablar sólo de las bondades de sus productos, pero nunca de los problemas que pueden acarrear su uso indebido. Puesto que las gafas Google Glass permiten interactuar con ellas con comandos de voz además de con un panel táctil, es una fuente de distracción asegurada para el conductor. Si a esto le añadimos que muestra información que potencialmente nos puede distraer según se la solicitemos, como un vídeo de YouTube o la agenda que tengamos ese día, dejando de prestar atención a la carretera, la prohibición parece más que oportuna.

No es que esté de acuerdo con realizar prohibiciones al igual que muchos norteamericanos con su propensión a querer que los gobiernos irrumpan lo menos posible en sus vidas diarias. Pero en este caso, la distracción de una persona al volante por usar Google Glass o un teléfono móvil puede resultar en llevarse por delante la vida de otros por la pura mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento menos oportuno. Y ante esa situación, los gobiernos sí que deben realizar prohibiciones. Es algo parecido a la polémica prohibición de fumar en recintos cerrados, de lo cual se han beneficiado los pulmones de todos los españoles (y que en media Europa ya se contaba con ella).

Retomando el asunto de Google Glass y Virginia Occidental, la Cámara de Delegados probablemente no tenga tiempo de dar luz verde a esta prohibición antes de que termine la actual ronda de sesiones legislativas que termina esta semana (es un cuerpo legislativo a tiempo parcial), así que lo más probable es que se retrase a 2014. Gary Howell ha asegurado que, de ser este el caso, para entonces habrán sucedido ya terribles accidentes por el uso de Glass mientras se conduce.

Aunque asegura que el uso de este tipo de gafas para la navegación por GPS sería realmente útil, debido a que Glass no sólo permite esto, hay que tomar medidas en el asunto. Y es sin duda la decisión acertada que pueden tomar los políticos. Por una vez.