Apple dio un paso muy importante para vigilar las condiciones de trabajo de los empleados de sus proveedores al suscribirse a la Fair Labor Association el año pasado. Del informe que ha hecho hoy público sobre el estado de sus proveedores, vemos que ha aumentado en un 72 por ciento el número de auditorías en las fábricas de China.

De estas auditorías han salido resultados un poco escalofriantes, tanto como para que rompa relaciones con uno de sus proveedores al haber estado contratando niños y ayudar a los padres de los mismos a falsificar los documentos de su edad. En total, 74 de estos casos se dieron en una única fábrica. La empresa es Guangdong Real Faith Pingzhou Electronics, y los contratos los realizó la firma de recursos humanos Shenzhen Quanshun.

En total se han encontrado este tipo de contrataciones de menores de edad en 11 instalaciones, sumando 106 menores, además de otros 70 anteriores. Foxconn, uno de sus principales suministradores y eje central de su línea de montaje, también tuvo problemas con contrataciones de este tipo y de otras índoles, aunque según el informe, está en trámites de cumplir con toda la normativa de contratación y regulaciones de derechos de los trabajadores de la Fair Labor Association.

El mejorar las condiciones de vida de los trabajadores chinos es fundamental, pero lleva a un problema colateral, aunque en realidad beneficie a occidente. Esa mejora de condiciones lleva un aumento de sueldos, y este a su vez a aumentar los costes de producción de los equipos. Por eso empresas como Apple han empezado a mover ciertas líneas de producción a EE.UU y Europa, ya que los costes de transporte son menores al precio actual del combustible y la mano de obra bastante más cualificada. Además, siendo EE.UU uno de los principales mercados para los productos de Apple, parece justificado el cambio, y además es buena publicidad de cara a su población. Volveremos a ver aquello de Made in The U.S.A. en algunos de los productos Apple dentro de muy poco.

En cuanto a la normativa de sanidad y seguridad, sólo el 59 por ciento de las auditorías fueron pasadas satisfactoriamente, frente a un 80 por ciento en otras áreas como exposición a productos químicos o procedimientos y sistemas de seguridad. Pero no empecemos a apuntar con el dedo a Apple por esto, ya que está generalizado en Asia. Todas las grandes compañías lo saben y les afectan, como Samsung, que también tuvo en 2012 su buena dosis de menores contratados en sus fábricas y problemas de sanidad. Como dos grandes potencias económicas de las tecnología actual, de ellos dependen millones de trabajadores y no siempre se puede asegurar el 100 por cien del cumplimiento de las normativas.

Lo único que podemos hacer es concienciarnos de que muchos de nuestros productos tecnológicos han sido creados por trabajadores en situaciones precarias, y presionar desde los medios (y desde las asociaciones de consumidores) para que las compañías, como Apple y Samsung, ejerzan su poder sobre los proveedores para que las mejoren.