Disney ha tenido un año 2022 que no ha sido bueno en el cual ha perdido suscriptores de su servicio estrella Disney Plus. Junto con los fiascos en la gran pantalla y el bajón de espectadores de las series de Marvel y otros estudios, la compañía ha tenido que recuperar temporalmente a Bob Iger como director ejecutivo para autoenmendarse y reorientar la compañía. Los fiascos del último año son la apuesta del propio Bob Iger por una agenda despierta y muy cargada políticamente aunque estuviera su pupilo Bob Chapek al mando para aplicarla. Por eso recurrir al que lo ha liado todo para solucionarlo es cuanto menos curioso.

Los primeros recortes de la compañía van a afectar a Marvel Studios, la cual va a pisar el freno de estreno de series y películas, sobre todo en lo referente a lo que se estrena en Disney Plus. Habrá menos y se espaciarán más en el tiempo, con la mirada puesta en fomentar las películas para la gran pantalla ya que están de capa caída. Kevin Feige ha indicado que «el ritmo al que ponemos el contenido en Disney+ cambiará para que cada uno tenga la oportunidad de sobresalir».

Mirando a lo último estrenado en cines, Pantera Negra: Wakanda por siempre ha sido el último pinchazo. Con un coste de 200 M$ solo ha recaudado 850 M$ en todo el mundo. Quitando que los cines se pueden llevar hasta la mitad y las distribuidoras un pellizco adicional del 10-20 %, y en eso no se incluyen los costes de promoción ni otros relacionados, el esfuerzo de Disney casi no les ha reportado beneficios. Se espera un batacazo similar con la del Ant-Man and the Wasp: Quantumania que no ha gustado nada a la crítica y llega este fin de semana a los cines.

Las segunda temporada de Loki y la de Invasión Secreta con Samuel L. Jackson serán las únicas que se estrenarán seguro este año en Disney Plus. El resto de proyectos anunciados de la actual fase del universo cinematográfico Marvel quedan en el aire, pero se estrenarán todos más tarde de lo esperado. Quizás porque esto de los superhéroes ya empieza a cansar al público. Si escupes a tus fieles de toda la vida, no van a arrastrar a sus allegados a ver ese contenido, con lo que la caída de espectadores está asegurada.

Los recortes también afectarán al contenido de Star Wars. Disney va a meter en la misma senda de recortes de gastos a Lucasfilm, centrándose menos en Dinsey+ y más en la gran pantalla. Se espera que en abril se anuncien los proyectos de películas para los próximos años relacionados con Star Wars. Pero que la tercera trilogía fue un fracaso estrepitoso de crítica no ha pasado desapercibido a la dirección. El episodio VII funcionó bien porque J. J. Abrams nos engañó (otra vez), pero el episodio VIII costó sobre los 250 M$ con unos ingresos de 1300 M$, justita en términos de beneficios, mientras que el episodio IX se pegó un batacazo con un coste de 200 M$ y unos ingresos sobre los 1100 M$.

No tengo ninguna esperanza en que hagan un producto en condiciones de Star Wars para cines porque Disney está más centrada en impulsar su agenda política y eso siempre pasa factura a nivel creativo. Tanto como le está pasando a Pixar, con el fiasco total y absoluto de Strange World, un producto cien por cien despiertito que nadie ha querido ver, con un coste de 15 M$ y unos ingresos en taquilla de apenas 75 M$ en todo el mundo. Setenta y cinco millones para una película de Pixar es un desastre. A Lightyear tampoco le fue mejor, sobre todo con la polémica del beso lésbico en un producto para niños que hizo que no se emitiera en China, con un coste de 50 M$ y una taquilla de 225 M$, con lo que Pixar casi no ha cubierto ni los costes con ambos proyectos.

Vía: EnGadget.