Que Edgar Rice Burroughs tiene una importante influencia sobre muchos escritores de fantasía y ciencia ficción del siglo XX no lo pone nadie en duda. Aunque es más conocido por crear a Tarzán, uno de los mitos de la cultura popular más conocidos a nivel mundial, también creó series que se adentran en el híbrido de fantasía y ciencia ficción propio de principios del siglo pasado antes de que cada género fuera por su cuenta. La más conocida de ellas es la centrada en John Carter de Marte, quien tuvo un sonado fracaso en las pantallas de todo el mundo en su incursión cinematográfica a manos de Disney hace dos años.

En EEUU el personaje está en el dominio público, pues en este país está en el dominio público todo aquello publicado antes de 1923. Las leyes de propiedad intelectual actuales cubren las que se publicaron a partir de esta fecha durante un periodo igual a la vida del autor más 70 años. En otras partes del mundo, al no haber un criterio universal sobre el periodo en el cual las obras están cubiertas por las leyes sobre copyright, aún están cubiertas obras anteriores a esta fecha. Es por ello que Disney, para garantizarse los derechos mundiales y no tener problemas con los herederos del autor, llegó a un acuerdo con ellos para la película de 2012, la cual, como todos sabemos, no fue un éxito de taquilla. Claro está que no es que sea una mala película, y se han dado muchísimas razones para su fracaso, que van desde la necesidad de que necesitaba ingresar 600 millones a nivel mundial en taquilla, a una mala campaña de marketing o a cambios en directivos de Disney que no tenían interés por la misma.

El fracaso de la película provocó que el productor de la misma tuviera que presentar su carta de renuncia. Los beneficios de la compañía se vieron perjudicados por sus malos resultados, por lo que desistieron de poner en marcha una franquicia basada en este personaje. Dentro del estudio se ha convertido en una propiedad tóxica, por lo que han decidido permitir que los derechos mundiales para cine de este personaje reviertan a sus propietarios, quienes ahora esperan que alguien retome el personaje con vistas a poner en marcha una franquicia.

¿Se atreverá algún gran estudio a poner en marcha una nueva película del personaje? A corto plazo es bastante difícil. La película de Disney ha sido uno de los fracasos más sonados de los últimos años, así que es improbable que alguien apueste por ella, a menos que sea con un presupuesto bastante reducido. Además, es un personaje más marginal y menos conocido que el gran personaje de Burroughs, Tarzan, quien tendrá en breve una nueva versión cinematográfica de la mano de Warner Bros. Así que quien quiera más de John Carter tendrá que conformarse con los cómics que publica Dynamite Studios. Cómics que están muy bien, por cierto.

Vía: Cosmic Book News.