Unity tiene un motor gráfico homónimo que es uno de los dos más populares entre los desarrolladores de videojuegos, pero se está quedando atrás respecto al Unreal de Epic Games. A alguien en la dirección le pareció buena idea cambiar el modelo de ingresos a uno que perjudicaba enormemente a los desarrolladores, lo cual llevó a una reacción enorme de toda la comunidad. El daño a la reputación está hecho, pero para evitar una hecatombe ha optado por recular prometiendo unos cambios no especificados.

El motor gráfico Unity instala un archivo de tiempo de ejecución que enlaza entre el juego compilado y la llamada al entorno de ejecución del lenguaje usado y del sistema operativo que es lo que permite que el juego funcione. La idea de Unity era cobrar por cada vez que ese archivo de tiempo de ejecución se instalara, independientemente del número de veces que lo hiciera el que compraba el juego.

Para dejarlo claro, con el nuevo modelo de negocio de la compañía, si una persona compraba un juego y lo instalaba cuatro veces en cuatro equipos distintos, Unity cobraba cuatro veces. Si lo instalaba y lo desinstalaba diez veces en el mismo equipo, Unity cobraba diez veces. Aunque imponía una sería de requisitos mínimos de instalaciones y volumen de ventas antes de cobrar, esto iba totalmente en contra de los desarrolladores indis, porque proporcionaba descuentos por volumen que beneficiaba a los grandes estudios. La comisión podía pasar para estas últimas de los 20 céntimos a tan solo un céntimo. Totalmente injusto y estúpido.

Unity se ha disculpado por «la confusión y angustia» generada por esta comisión a la instalación del entorno de ejecución y ha prometido hacer cambios esta semana. El daño reputacional ya está hecho, porque si Unity ha sido capaz de liarla parda con un cambio de modelo de negocio sin consultar primero, nada impide que lo vuelva a hacer. Eso va a provocar que muchos desarrolladores se vayan al Unreal.

Todas las empresas están pasando por tiempos difíciles, y Unity ha despedido a más de 600 empleados en el último año. Pero le sugeriría a su director ejecutivo que no se cargue la empresa anunciando un cambio de modelo de cobro a medio cocinar y que no ha sido bien meditado. Desde que anunció este cambio, tuvo que salir al paso haciendo cambios al vuelo, diciendo que solo se aplicaría a la instalación inicial, que no afectaría a los juegos vendidos para caridad (los de HumbleBundle por ejemplo), y que no afectaría a las demos. Pero eso lo podían haber pensado antes, exponiéndolo claramente, y la polémica no habría existido. Es lo que ocurre cuando una empresa tiene ejecutivos mononeuronales que cobran mucho.

Vía: EnGadget.